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Venezuela: Maduro llama a volver a la patria

8 de octubre de 2018

Venezuela dice llevar adelante un programa de repatriación para “rescatar” a sus ciudadanos de la xenofobia y la esclavitud a las que han estado expuestos tras emigrar masivamente hacia los países vecinos. Un análisis.

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Nicolas Maduro
Nicolás Maduro anunció el programa “De vuelta a la patria” en abril de 2018.Imagen: picture-alliance/epa/Miraflores Presidential Palace

El hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, suele ufanarse del éxito que ha tenido su programa De vuelta a la patria desde agosto de 2018, cuando se implementó por primera vez. A bordo de vuelos fletados por el Gobierno, en grupos de entre ochenta y noventa pasajeros, siete mil de los venezolanos que han emigrado masivamente en los últimos años, huyendo de la crisis multidimensional que azota a su país, han sido repatriados desde Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana hasta la primera semana de octubre, según su cuenta. El mandatario dice haberlos rescatado de la xenofobia y la esclavitud.

Cuando empezó esa campaña –mencionada por primera vez el pasado 26 de abril, en un acto público al que asistió Maduro–, se llegó a decir que los repatriados en cuestión eran simpatizantes de la Revolución Bolivariana fingiendo ser emigrantes arrepentidos. Sin embargo, con el paso del tiempo, las agencias de noticias fueron reportando más y más “puentes aéreos” con destino a Venezuela, obligando a considerar la posibilidad de que el programa De vuelta a la patria contara con beneficiarios genuinos y abundantes. ¿Son tantos los venezolanos dispuestos a retornar al terruño en 2018?

“Los perfiles de quienes aceptan esas ofertas de repatriación deben ser muy diversos y numerosos los emigrantes cuyas aspiraciones a una mejor calidad de vida no se materializaron en los países de acogida. Gente de los estratos socioeconómicos y con los niveles de formación más disímiles –pobres y de clase media, trabajadores no cualificados y egresados de institutos técnicos– se percató, estando en el exterior, de que el chavismo no le permitió desarrollar facultades para insertarse y competir en el mercado laboral global”, arguye el sociólogo Héctor Briceño, profesor del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES), con sede en Caracas.

Una venezolana espera para regularizar su situación migratoria en Perú.
Una venezolana espera para regularizar su situación migratoria en Perú.Imagen: picture-alliance/dpa/AP PhotoM. Mejia

Hernández: propaganda comunista

No obstante, la cantidad de venezolanos que regresan a su país con ayuda del Gobierno es ínfima en comparación con la de quienes se quedan en el extranjero y con la de quienes salen de Venezuela todos los días, agrega el especialista. “La incidencia real del programa De vuelta a la patria sobre el flujo migratorio es insignificante. A mi juicio, ese operativo no pasa de ser propaganda para lavar un poco la cara del régimen de Maduro”, subraya Briceño. Ivo Hernández, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Münster, lo secunda: “Es necesario saber que todo régimen comunista es un régimen mediático”, dice.

“El comunismo no publicita lo que es –que es una tragedia, siempre–, sino lo que pretende ser. Al Gobierno venezolano le importa mucho la manera en que es percibido; es por eso que Maduro y sus tutores cubanos cuidan tanto su imagen. Por otro lado, debemos recordar que la élite chavista ha estado bajo una fuerte presión, ejercida por las sanciones que les impuso Estados Unidos a sus funcionarios más emblemáticos. De hecho, se teme que medidas punitivas más severas estén en camino. Es con ese trasfondo en mente que debemos analizar el programa de repatriación en cuestión”, explica Ivo Hernández

“El plan De vuelta a la patria es otro empeño de Maduro en presentarse como un estadista preocupado por sus compatriotas en el extranjero –en este caso, por aquellos a los que presuntamente no les ha ido bien tras abandonar su país– y distraer la atención de la catástrofe de Venezuela, que es la razón por la cual tanta gente huye de su territorio”, agrega el experto. El primer gran contingente de venezolanos que emigró debido a la desastrosa situación de su país estaba conformado por ciudadanos de clase media con una buena formación académica que podían osar una salida más o menos ordenada, comenta el catedrático de Münster.

“La siguiente ola de emigrantes es recibida con menos hospitalidad por tener menos recursos y por socavar las bases económicas de los Estados receptores. El Ejecutivo venezolano intenta maquillar este escenario con el disparate de De vuelta a la patria y, de paso, justificar la solicitud de fondos de la ONU y otras organizaciones internacionales”, sostiene Hernández. El pasado 25 de septiembre, una semana después de haber acusado a Colombia de instrumentalizar a los inmigrantes venezolanos para obtener financiamiento de la comunidad internacional, Maduro anunció que le pediría 500 millones de dólares a la ONU para costear las repatriaciones.

Briceño: "Al Gobierno no le conviene frenar el éxodo”

“Eso de la ‘repatriación’ es una falacia. Si el diez por ciento de la población de Venezuela ha abandonado el país, según los cálculos más conservadores, estamos hablando de casi 3 millones de personas. El total de venezolanos supuestamente repatriados en el marco del programa de Maduro no llega ni a quinientos porque su Gobierno no tiene el dinero para financiarlo, porque la mayoría de los que se han ido no quiere regresar –las condiciones que los obligaron a emigrar no han mejorado, sino todo lo contrario– y porque, a estas alturas, las remesas enviadas por la diáspora ya constituyen un segmento importante del PIB nacional”, señala Hernández.

Venezolanos cruzando la frontera hacia Colombia. (Archivo).
Venezolanos cruzando la frontera hacia Colombia. (Archivo).Imagen: picture-alliance/NurPhoto/H. Matheus

“En términos económicos, sociales y políticos, al Gobierno no le conviene frenar el éxodo, sino estimularlo porque contribuye a la disminución de la demanda de los bienes y servicios que el Estado se ve obligado a proveer, porque es una fuente importante de remesas, a las cuales les quiere echar mano, y porque debilita a la disidencia política en las calles y en las urnas: la Asamblea Nacional Constituyente, integrada únicamente por oficialistas, quiere someter a plebiscito la nueva Carta Magna redactada por sus miembros, y la oposición no puede ganarle a los chavistas como lo hizo en los comicios parlamentarios de 2015”, analiza Briceño.

“La oposición triunfó en aquellas elecciones con una ventaja de alrededor de dos millones de votos. Pero entre los centenares de miles de personas que se han ido del país desde entonces están precisamente los que con mayor probabilidad votarían contra los oficialistas y su nueva Constitución”, esgrime el docente del CENDES. Briceño y Hernández no son los únicos que dudan de la efectividad del “puente aéreo” que Maduro ha tendido para que venezolanos desesperados retornen a su tierra natal. El superintendente de Migraciones de Perú, Eduardo Sevilla, niega que el programa De vuelta a la patria haya tenido impacto alguno en la nación andina.

“En un solo día ingresan a Perú seis veces más venezolanos que todos los que han sido repatriados hasta la fecha. Deberíamos tener no menos de 45 vuelos a la semana, desde Lima hasta Caracas para poder equiparar la cifra de aquellos que desean salir frente a la de los que desean ingresar”, asegura Sevilla; Perú es el Estado americano con el mayor número de migrantes venezolanos (430.000) después de Colombia (1.000.000). El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha sido menos diplomático al referirse al plan de repatriaciones del Gobierno venezolano, describiéndolo como un "acto inmoral que trata de perpetuar una mentira”.

Evan Romero-Castillo (ERS)

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