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“Urge en Argentina un programa de protección a testigos”

Eva Usi14 de diciembre de 2007

En Berlín abrió una muestra fotográfica sobre la vida de la alemana Elisabeth Käsemann, que fue asesinada por la Junta Militar argentina en mayo de 1977. Por su caso, Alemania sigue demandando a Videla y a Massera.

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Elisabeth Käsemann, torturada y asesinada por la junta militar argentina.


“Elisabeth Käsemann: una vida en solidaridad con América Latina”, es el título de la muestra que se exhibe en el Instituto de Ciencias Políticas “Otto Suhr”, de la Universidad Libre de Berlín. A la inauguración acudió un público heterogéneo integrado por unas 60 personas, entre ellas estudiantes, profesores, pero también amigos y compañeros de la activista. También estuvo su hermano, Ulrich Käsemann, que reprochó al gobierno alemán (entonces bajo el canciller Helmut Schmidt y el ministro del Exterior Dietrich Genscher) por su desinterés en apoyar los esfuerzos de la familia Kässeman por lograr la liberación de Elisabeth. “Realmente el gobierno federal no quiso saber nada de las acciones criminales de la junta militar Argentina desde 1976”, aseguró Käsemann.

Desde entonces la situación ha cambiado radicalmente. “El Estado alemán se ha constituido en parte acusadora lo que es para nosotros algo sumamente importante pues es algo determinante en la lucha contra la impunidad”, dice Esteban Cuya, activista de la Coalición contra la Impunidad, con sede en Nuremberg, en conversación con DW-WORLD. “La presión internacional es fundamental cuando las investigaciones son bloqueadas por grupos cuyos intereses se ven afectados como es el caso de la cúpula militar argentina”, afirma. El activista recuerda el caso de Jorge Julio López, un testigo clave desaparecido hace un año justo después de que se sentenciara a cadena perpetua al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz. Organizaciones argentinas denunciaron desde entonces su desaparición.

Marco jurídico

Kombo Deutscher Haftbefehl gegen Argentiniens Ex-Präsidenten
Carlos Guillermo Suarez Mason, Jorge Rafael Videla y Emilio Massera, de izquierda a derecha.Imagen: AP

No fue sino hasta 1998 cuando la ministra de Justicia, Herta Däubler-Gmelin, estableció el marco jurídico que posibilitó la intervención de la justicia alemana en la investigación y persecución de los crímenes de la dictadura militar argentina. En 2004 la Fiscalía de Nuremberg dictó una orden internacional de captura contra el ex presidente argentino Jorge Videla y los militares Carlos Guillermo Suárez Mason y Emilio Massera, todos ellos involucrados en la desaparición y asesinato de Elisabeth Käsemann y de Klaus Zieschank.

Sigue vigente la demanda de extradición girada por el Tribunal de Nuremberg contra Videla y Massera. “Aunque la justicia argentina rechazó el pedido, ordenó que se abriera un juicio en Argentina por el caso Käsemann. El Estado alemán se constituyó en parte denunciante, lo que nunca antes había ocurrido”, afirma Cuya.

Die Mütter vom Plaza de Mayo
Protestas de Madres de la Plaza de Mayo.Imagen: AP

Solidaridad con los marginados

Elisabeth Käsemann, hija del famoso profesor y teólogo luterano, Ernst Kässemann, viajó a Sudamérica en 1969 después de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Berlín. Tras un recorrido por Perú y Bolivia, se estableció en Argentina en 1970, en donde se involucró con el trabajo social en las “Villas Miseria” y con sindicalistas en Buenos Aires. Tras el golpe militar de Videla en 1976, Käsemann continuó apoyando a los marginados. En marzo de 1977 fue secuestrada y llevada al centro clandestino “El Vesubio”, donde estuvo en cautiverio durante diez semanas hasta que fue asesinada junto con otros 15 prisioneros en Monte Grande, provincia de Buenos Aires. Según médicos forenses que examinaron sus restos mortales, Elizabeth fue asesinada a tiros de corta distancia en la espalda y en el cuello, como en una ejecución, lo mismo ocurrió con otros 15 prisioneros asesinados en un simulacro llamado fantasiosamente “enfrentamientos armados”.

La catedrática Marianne Braig puso en contexto la situación política en América Latina en la década de los 70. Una época en la el Estado alemán se encontraba en lucha contra el grupo armado Fracción del Ejército Rojo. Hoy en día sigue habiendo un gran interés, sobre todo por parte de jóvenes universitarios en el movimiento del 68 al que perteneció Käsemann. "El interés ha sido notable, además, la exposición ya ha sido solicitada por otras universidades alemanas como la de Pasau y de Leipzig”, afirma Esteban Cuya. Ella sigue siendo un ejemplo de altruismo y activismo político en un momento histórico y de gran efervescencia en el mundo entero.