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El otro lado de la medalla de Río 2016

José Ospina Valencia9 de agosto de 2016

La prensa alemana aprovecha el momento de las Olimpiadas para echar una mirada a las exigencias que el anfitrión de los Juegos tiene que cumplir. Cueste lo que cueste.

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El alemán Michael Jung en una de las pruebas de ecuestres en Río 2016.
El alemán Michael Jung en una de las pruebas de ecuestres en Río 2016.Imagen: picture-alliance/dpa/F.Ismail

El diario Frankfurter Allegemeine Zeutung (FAZ) presenta “el lado oscuro” de la fiesta olímpica en Brasil:

“Brasil ofrece todas las imágenes que los medios quieren. Pero aunque el país paga la fiesta de los Olímpicos, los ganadores son otros. No es mucho lo que el anfitrión ha podido decidir por cuenta propia en estos Juegos Olímpicos. Las condiciones para estos Juegos de la Juventud las dictan Europa y las cadenas de televisión estadounidenses que poseen los derechos.

"En principio, aquí se organizan juegos suizos, organizados de acuerdo a exigencias suizas", dice el asesor en deportes de la ONU y especialista en ética Pedro Trengouse. Los brasileños no ven en estos juegos mucho de Brasil.

"Se espera que organicemos juegos al nivel de los países del primer mundo, pero las ganancias son sacadas del país”, agrega Trengouse, quien propone que "si la comunidad internacional quiere hacer exigencias sobre la realización de los JJ.OO. debería también pagar los costos de las instalaciones deportivas”. O como dijera Evo Morales, presidente de Bolivia: “Necesitamos socios y no propietarios”. Pero la FIFA y el Comité Olímpico Internacional (COI) se han ido desprendiendo de su papel de socios e interlocutores en los últimos años.

El que quiera Juegos Olímpicos los debe pagar

Por supuesto que no toda la culpa de lo que ha salido mal en Brasil la tienen el COI y la FIFA. Los culpables de los actuales problemas fiscales brasileños son la generación de políticos corruptos desde Rousseff, Lula hasta Temer, y la caída del precio del petróleo.

Para organizar Río 2016 tuvieron que ser derribadas casas en barrios marginados, tuvo que gastarse dinero de los contribuyentes y habitantes tuvieron que ser sacados de sus casas. Debido también, a que las naciones poderosas pretenden que se cumplan normas que van en contra de los principios éticos”.

Según el portal Amerika21 en los Juegos Olímpicos de Brasil, “predomina el escepticismo”.

Parlamentarios alemanes y partidos políticos dudan de los beneficios sociales y se refieren al alto nivel de violencia. También las consecuencias del dopaje son tratadas. "Los Juegos Olímpicos de Brasil se llevan a cabo en medio de la mayor crisis política y social que haya vivido el país en varias décadas", dice el diputado socialdemócrata Manfred Zöllmer, jefe del grupo parlamentario germano-brasileño, quien concluye que “en vista de los problemas políticos y ambientales que reinan en Brasil, el país logrará una buena realización de los Juegos Olímpicos”.

Según Özcan Mutlu , de la bancada de los Verdes en el Bundestag, "a pesar de toda la alegría sobre rendimiento deportivo no se puede ocultar el lado oscuro de los Juegos". Los Verdes denuncian el impacto social de los juegos en los habitantes de Río de Janeiro, muchos de los cuales fueron desplazados y expropiados, ilegalmente, para adelantar los trabajos de construcción para los Juegos. Por desgracia, el Comité Olímpico Internacional también desaprovechó la oportunidad de dar un ejemplo positivo en el caso de dopaje de las delegaciones rusas.