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MigraciónColombia

Biden agrega carga a Colombia en la crisis migratoria

Alexandra Correa
5 de mayo de 2023

Preocupa el plan de Joe Biden de erigir centros de trámite para personas migrantes en Colombia, que podrían complicar aún más la situación migratoria en ese país.

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Personas migrantes atravesando el Tapón del Darién por una correntada en medio de la selva.
Personas migrantes atravesando el Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, para dirigirse a la frontera de México con Estados Unidos.Imagen: John Moore/Getty Images

Estados Unidos le ha pedido a Colombia que lo ayude a contener el caudaloso flujo migratorio irregular, que intenta limitar el paso de personas migrantes a unas 200.000 por mes por su frontera sur, cifra que podría aumentar luego de que terminen las restricciones de la era de la pandemia, la semana próxima.

Gran parte de las personas que buscan llegar a la frontera entre México y Estados Unidos vienen cruzando por el principal cuello de botella humanitario de las Américas, la selva del Tapón del Darién, ubicada al noroccidente colombiano, por la que cruzan miles de personas con niños, exponiéndose a todo tipo de peligros.

El Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. prevé más de 10.000 cruces fronterizos diarios una vez finalicen las restricciones de salud pública (Título 42), que permiten la expulsión masiva de indocumentados. Por eso, el presidente Joe Biden le ha pedido a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, establecer lo más pronto posible en Colombia centros para la facilitación y tramitación de procesos que permitan una migración regular, ordenada y segura.

El Gobierno de Colombia dijo en un comunicado, sin dar más detalles, que iniciará reuniones con el Gobierno estadounidense para la facilitación y trámite de dichos procesos.

Para investigadores de temas migratorios contemporáneos como el profesor de origen haitiano de la Universidad Javeriana en Bogotá Wooldy Edson Louidor, es preocupante que con estos centros para la migración, Washington termine imponiendo sus severas políticas antimigratorias. "Es muy seguro que Estados Unidos va a endurecer los procesos y la hostilidad”, comenta Louidor en entrevista con DW. "Hubo abusos tremendos y violaciones masivas a los derechos humanos contra las personas migrantes en las fronteras mexicanas, en particular, en Tapachula, bajo la mirada del presidente de izquierda mexicano”, remarcó el docente.

Migrantes que atraviesan el Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá.
Las personas migrantes que atraviesan el Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, arriesgan a menudo sus vidas.Imagen: John Moore/Getty Images

Un punto de vista compartido por María Teresa Palacios Sanabria, directora del Grupo de Investigación en Derechos Humanos de la Universidad del Rosario, en Bogotá, quien afirmó que estos programas no están pensados al azar, sino que responden a las dinámicas que se están dando en los países catalogados como corredores migratorios, como lo son Colombia y Guatemala, ubicados estratégicamente para esa travesía de personas migrantes hacia los Estados Unidos.

"No son políticas de puertas abiertas, ni hay una flexibilización migratoria por parte de Estados Unidos”, dijo Palacios, sino que se busca endurecer el proceso migratorio irregular para desestimular, entre otras cosas, el funcionamiento de las redes de trata de personas y el tráfico de migrantes, finaliza la abogada e investigadora de la Universidad del Rosario.

La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, respondió a una consulta de DW que está "actualmente en discusiones sobre los detalles de estos planes con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)  y, por lo tanto, no es posible compartir más información en esta etapa”.

Los centros de acogida juegan un rol clave

El año pasado atravesaron el Tapón del Darién unas 220.000 personas en dirección a Panamá, duplicando las cifras de 2021, en su intento de llegar a los Estados Unidos, y los centros que piensa implementar Biden de manera expedita en Colombia, "podrían sumir en un caos la situación del país”, señala, por su parte, Catalina Arenas-Ortiz, investigadora asociada de Equilibrium CenDE, del Centro de Pensamiento para el Desarrollo Económico para Latinoamérica, en entrevista con DW.

Arenas-Ortíz cree que la tarea va más allá de poner en marcha unos centros para el trámite migratorio: se necesita simultáneamente fortalecer los albergues de acogida, organizar el transporte humanitario, que, de por sí, ya cuenta con serias restricciones en Colombia a causa de la burocracia administrativa, comenta.

Para analistas como Adam Isacson, director de la Veeduría de Defensa de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos, WOLA, estos pasos para la facilitación y trámite de los procesos migratorios son positivos, "ya que la falta de información sobre los procesos y asilos están beneficiando a la industria de los ´coyotes´”, como se llama a quienes ayudan a los migrantes a cruzar la frontera de un país de forma ilegal y sin garantías.

"No creo que queden varados muchos migrantes en Colombia”, dice Isacson desde Honduras, donde está investigando los flujos migratorios, y explica que el número de citas mensuales disponibles en estos centros de trámite podrían ser muy reducidos. Cree, incluso, que si alguien recibe el consejo de no viajar durante la cita, lo más probable es que, si no regresara a su país de origen, ignore el consejo y siga su travesía hacia Estados Unidos.

Para Isacson es muy importante que los centros eviten que las personas que necesitan protección tengan que cruzar todo México para obtenerla, y considera importante que realmente se lese posibilite a esas personas conseguir la protección que necesitan.

Marcos Carrizo, venezolano migrante en Colombia
Marcos Carrizo, venezolano migrante en Colombia: “Mi sueño es llegar a Estados Unidos para poderle mandar plata desde allá a mis cuatro hijos que están en Venezuela”.Imagen: Alexandra Correa Solarte/DW

Frenar el negocio de las mafias

Para migrantes venezolanos como Marcos Antonio Carrizo de 31 años, que vende bolsas para la basura desde hace más de tres años en las calles de Bogotá, la noticia de poder acceder a uno de estos centros de trámite para lograr llegar a Estados Unidos es algo que lo ilusiona, pues no ha podido reunir dinero suficiente para cruzar la selva del Darién y emprender la travesía, en la que sabe que va a necesitar comer y pagarle a las mafias que controlan el camino, cuenta a DW mientras vende su producto en el nororiente de Bogotá.

“Mi hermano logró pasar con un grupo de personas, a todos los expulsaron, menos a él. Lo metieron en un cuarto durante diez días, sin saber si era de noche o de día. Luego lo subieron a un avión, encadenado de cuello, manos y pies, y lo dejaron en un albergue en San Antonio, Texas”, asevera este migrante, que no ha podido conseguir trabajo formal en Colombia pese a tener el permiso temporal de permanencia (PTP) que lo regularizó en el país durante el gobierno del expresidente Iván Duque.

“Mi sueño es llegar a Estados Unidos para poderle mandar plata desde allá a mis cuatro hijos que están en Venezuela”, dijo Marcos.

(cp)

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