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Voto latino en EE. UU.: "Los socialistas nos quitaron todo"

Ines Pohl desde Florida, EE. UU.
23 de octubre de 2020

El voto latino en Florida juega un gran papel en estas elecciones en EE. UU. Muchos cubanos pudientes en el exilio apoyan a Trump porque temen que con Biden se repita lo que vivieron en Cuba. Ines Pohl, desde Florida.

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Bertica Cabrera Morris, cubana exiliada, vive hace 50 años en EE. UU.
Bertica Cabrera Morris, cubana exiliada, vive hace 50 años en EE. UU.Imagen: Ines Pohl/DW

Con el lápiz labial rojo en perfecta combinación con el color de sus uñas, las sandalias de cuero en contraste con el verde del pasto, Bertica Cabrera Morris endereza los carteles en el jardín delantero de su casa, con la leyenda: "Trump/Pence” y "Latinos for Trump”. En la puerta, dos grandes vehículos SUV.

Bertica Cabrera Morris vive desde hace más de 50 años en Estados Unidos. Tenía 14 años cuando tuvo que huir de su país, Cuba, con su madre. "Nos quitaron todo. Todo. A mi padre lo metieron en un campo de trabajo porque no quería someterse a los socialistas”, cuenta a DW. Eso fue en 1967. Hacía ocho años que Fidel Castro estaba en el gobierno. Había expropiado a los ricos y se había asegurado el poder absoluto sobre la isla, ubicada a apenas 170 kilómetros de EE. UU. y del Golfo de México.

En estos días, poco antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Cabrera Morris lo da todo para que Donald Trump pueda seguir cuatro años más en la Casa Blanca, y para evitar que Joe Biden, junto con Kamala Harris, guíen el futuro del país.

Al contrario de muchos otros estadounidenses blancos que apoyan a Trump, a quienes pudimos entrevistar en nuestro viaje por los más diversos rincones del país, ella argumenta de manera más reflexiva, y con menos odio. Según ella, Joe Biden no es un socialista. Y tampoco lo es Kamala Harris. Pero las personas que los rodean llevarían al país en una dirección que ella no quiere volver a vivir otra vez. Una de esas personas es la diputada de izquierda Alexandria Ocasio-Cortez, y, sobre todo, Bernie Sanders, que se llama a sí mismo "socialista”.

Bertica Cabrera Morris organiza eventos en su casa para apoyar a los políticos republicanos de EE. UU.
Bertica Cabrera Morris organiza eventos en su casa para apoyar a los políticos republicanos de EE. UU.Imagen: Ines Pohl/DW

Argumentos típicos de exiliados cubanos

Los argumentos Bertica Cabrera Morris son típicos de los cubanos del exilio. Fueron los cubanos adinerados los que querían abandonar la isla luego de la Revolución, porque se les habían quitado sus pertenencias. Y porque esperaban poder recomenzar una buena, nueva vida en EE. UU. "Creo en el sueño americano. Me lo hicieron realidad”, explica. Desde Cuba, huyó primero hacia España con su madre, que logró solicitar una Greencard para ella y su hija, con la que podría ingresar legalmente a EE. UU. Para ella, eso es importante. Considera que los inmigrantes ilegales -aunque lleguen desde países latinoamericanos, como Honduras o Guatemala- no deben entrar al país. Aun cuando estos huyan, no debido a que perdieron sus pertenencias, sino para proteger sus vidas. "Podemos ser un buen ejemplo”, dice, "pero no podemos recibir al mundo entero”.

Además de la economía y la política fiscal del presidente actual, Donald Trump, que permite a los trabajadores independientes, como ella y su esposo, hacer muy buenos negocios, es justamente la política migratoria restrictiva de Trump lo que la convence. Al contrario de lo que, tal vez, uno podría suponer, no le molestan las duras palabras que utiliza Trump una y otra vez para referirse a los latinoamericanos. "Cuando critica a los narcotraficantes mexicanos, no habla de todos los mexicanos, sino que quiere terminar con la criminalidad”, señala Cabrera Morris.

"Creo en el sueño americano. Ellos me lo hicieron realidad", dice Cabrera Morris.
"Creo en el sueño americano. Ellos me lo hicieron realidad", dice Cabrera Morris.Imagen: Ines Pohl/DW

La seguridad, un tema clave

La seguridad es para ella un gran tema. No solo en la frontera con México, sino también dentro de todo EE. UU. También en eso ve claros motivos para votar por Trump. "Kamala Harris quiere reducir el gasto de la Policía. Yo quiero seguridad, para mis cinco hijos y mis nietos”, indica. En ciudades como Portland o Kenosha se ha visto, agrega, a dónde lleva la política liberal. Casas en llamas y gente aterrorizada.

Cabrera Morris ama Estados Unidos. Como miembro de la organización nacional "Latinos for Trump”, lucha para que su vida siga siendo como es. Y también aquello por lo que ha luchado tan duramente su madre, y luego ella. "Al principio no teníamos nada. Mi madre ganaba 65 centavos por hora en los primeros años, para poder darme un futuro”. Su jardín es ahora un pequeño paraíso que recuerda a Cuba. Los bananos cuelgan de los árboles, plantas exuberantes y musgo silvestre enmarcan su patio, donde hay lugares acogedores para sentarse.

En el jardín de Bertica Cabrera Morris crecen los plátanos, un paraíso que recuerda a Cuba.
En el jardín de Bertica Cabrera Morris crecen los plátanos, un paraíso que recuerda a Cuba.Imagen: Ines Pohl/DW

Un paraíso producto del esfuerzo y el trabajo

Ese paraíso fue posible gracias al duro trabajo.Cabrera Morris organiza seguido campañas para reunir fondos y eventos para apoyar a políticos. "Ayudé a Marco Rubio a ser electo”, relata (como senador por Florida, N. de la R.). Estados Unidos es su hogar. Para ella, ya no hay retorno a Cuba. Y, sin embargo, la voz se le quiebra cuando habla del cielo nocturno de Cuba y de sus sonidos. Y de los olores de su país natal. En Navidad se permite una vuelta a su pasado: "Ese es mi día cubano”, relata. Ese día, en su casa hay comidas tradicionales cubanas, como asado de cerdo con arroz y frijoles. Y a la medianoche, va a la misa de gallo. "También apoyo a Trump porque está claramente contra el aborto”, subraya.

Si tuviera un solo argumento para convencer a los votantes de elegir a Trump, ¿cuál sería? "No quiero volver a vivir lo que ya viví”, afirma, mientras su vista se pierde en dirección al lago que rodea su casa, y el club de golf, que existe desde 1911, y del cual ella y su marido son socios.

(cp/ers)