Con la reapertura de la estación Trinidad y Protectora de la Infancia, y luego de casi un año desde que se agudizó la crisis social en el país que dejó 118 estaciones del metro de Santiago dañadas, el transporte suburbano se encuentra nuevamente operativo en su totalidad.
"Ha significado un enorme esfuerzo de los trabajadores que reconstruyeron cada una de las 118 estaciones quemadas o vandalizadas y también del Estado. Pero este enorme esfuerzo valió la pena porque el Metro es la columna vertebral de nuestro sistema de transporte público", dijo el presidente, Sebastián Piñera.
"El fin de semana del 18 de octubre del año pasado, una irracional y destructiva ola de violencia azotó a nuestro país. Esos delincuentes le causaron un grave daño, no sólo al patrimonio de nuestro país, sino que también a la calidad de vida de millones de personas", agregó el mandatario chileno.
Según la administración del transporte de la capital Chile, de las 136 estaciones de la capital, 25 fueron incendiadas totalmente. Solo 18 estaciones salieron ilesas y se calcula que los daños en toda la red ascienden a 376 millones de dólares. Hasta ahora hay siete detenidos.
Para muchos la mayor crisis social desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) comenzó cuando un grupo de estudiantes se rehusó a pagar la tarifa del metro como protesta ante el alza del precio del sistema de transportes.
Las protestas escalaron posteriormente a nivel nacional y pusieron en cuestionamiento el sistema económico y político del país. Los manifestantes exigían mejoras al sistema de pensiones, de salud o de educación, además de la creación de una nueva Constitución. Como resultado, el 25 de octubre se realizará un plebiscito para elegir o no una nueva Carta Magna.
El estallido social, que perdió su fuerza en marzo luego de la llegada del coronavirus al país, ha dejado hasta ahora una treintena de muertos y miles de heridos, así como señalamientos por violaciones a los derechos humanos contra las fuerzas de seguridad por parte de la ONU o Amnistía Internacional.
JU (cooperativa.cl, efe, adnradio.cl)
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Chile: la semana en que se desató la furia
Todo partió con la evasión
Las manifestaciones contra el alza en el precio del boleto del Metro comenzaron el 14 de octubre y fueron convocadas por secundarios, que se coordinaron a través de las redes sociales. Cuando los entrevistaban, decían hacerlo por sus padres, que ya gastan mucho dinero en transporte. El llamado era a evadir el pago saltando las barreras en las estaciones del ferrocarril urbano de Santiago.
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Chile: la semana en que se desató la furia
Vandalismo y enfrentamientos
La manifestación, originalmente pacífica, fue reprimida por la policía militarizada chilena, lo que generó malestar entre los jóvenes. La consigna "basta de abusos", sin embargo, comenzó a permear otras capas sociales en un país donde la desigualdad no ha podido ser eficientemente combatida en los últimos años. Comenzaron, así, los primeros enfrentamientos con la policía.
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Chile: la semana en que se desató la furia
El caos se extiende
Las protestas se extendieron rápidamente por todo Santiago, y al comienzo tímidamente en otras regiones del país. También empezaron los saqueos a supermercados y la destrucción de bienes públicos y privados. Al mismo tiempo, la ciudadanía siguió expresando su malestar por el alto costo de la vida, bajos salarios, pensiones miserables y otros problemas a través de ensordecedores cacerolazos.
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Chile: la semana en que se desató la furia
La destrucción del Metro
Quizás las escenas más desoladoras para los santiaguinos, siempre orgullosos de su Metro, fueron las que mostraban la destrucción de casi un centenar de estaciones del tren urbano, las que fueron incendiadas y vandalizadas por hordas. Algunos ataques parecieron coordinados. A estas alturas, las fuerzas de seguridad se vieron superadas por la acción de inadaptados.
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Chile: la semana en que se desató la furia
Militares a la calle
El viernes 18 de octubre, el presidente Sebastián Piñera decretó el estado de excepción y ordenó que las Fuerzas Armadas salieran a las calles para ayudar a restaurar el orden. Pronto los militares, ya a cargo de la seguridad, decretaron toque de queda en la capital y otras ciudades, pues las protestas, pero también los saqueos, se habían extendido a todo el país.
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Chile: la semana en que se desató la furia
Toque de queda y problemas
El toque de queda, una medida constitucional que no se utilizaba desde la dictadura de Augusto Pinochet, generó una serie de dificultades. El aeropuerto de Santiago se vio totalmente colapsado debido a que se suspendieron vuelos porque las tripulaciones no pudieron llegar a trabajar y muchos turistas quedaron varados en el terminal aéreo, sin recibir información ni tener acceso a alimentación.
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Chile: la semana en que se desató la furia
Medida ineficaz
A pesar del toque de queda y de la cada vez más dura represión, las protestas siguieron su curso, incluso una vez que imperaba la prohibición de salir de los hogares. Las fuerzas de seguridad seguían viendo con impotencia los saqueos, incendios de centros comerciales y siendo muchas veces desbordados por las masivas manifestaciones pacíficas, en las que -de todas formas- actuaban con dureza.
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Chile: la semana en que se desató la furia
Numerosas denuncias de abusos
Los desmanes y la represión han dejando una veintena de muertos, casi 200 heridos a bala, más de 5.000 detenidos y daños, solo en el Metro, que superan los 300 millones de dólares. El Instituto de Derechos Humanos denunció que al menos cinco de las muertes fueron obra de la acción desmedida de las fuerzas de seguridad, y en un caso un militar fue detenido por haber disparado contra un ciudadano.
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Chile: la semana en que se desató la furia
Un paquete de medidas
El martes 22 de octubre en la noche, el presidente Piñera presentó un paquete de medidas con las que pretende calmar la furia ciudadana. Entre ellas está un aumento de la pensión básica y del salario mínimo, la reducción del sueldo de los parlamentarios y la creación de un seguro de salud para enfermedades catastróficas. El paquete surgió tras una reunión con partidos de gobierno y oposición.
Autor: Diego Zúñiga