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Refugiados de ida y vuelta

Naomi Conrad (rml/vt)1 de febrero de 2016

El Gobierno alemán apuesta por la UE para resolver la crisis de refugiados. Pero, si los socios europeos se siguen amurallando, Berlín planea devolver a los solicitantes de asilo a sus países de origen.

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Refugiados esperan en Berlín, en una carpa, para ser registrados por la Oficina Federal de Salud y Asuntos Sociales (LaGeSo).
Refugiados esperan en Berlín, bajo una carpa, para ser registrados por la Oficina Federal de Salud y Asuntos Sociales (LaGeSo).Imagen: picture alliance/dpa/K. Nietfeld

Desde hace meses, cientos de refugiados se abren paso diariamente a través del Mediterráneo y los Balcanes para llegar a Alemania. Y, desde hace meses, la canciller Angela Merkel insiste sobre todo −junto con una solución diplomática para el conflicto en Siria− en una solución europea a esta llamada crisis de refugiados: “puntos calientes” o hotspots para el registro de los que llegan, mejor aseguramiento de las fronteras exteriores de la UE y cuotas vinculantes, según las cuales, los refugiados sean redistribuidos por todo el bloque.

En la próxima cumbre de la Unión Europea (UE), el 18 de febrero, los jefes de Gobierno del bloque debatirán una vía de solución a la que muchos, sin embargo, le auguran muy pocas perspectivas de éxito: especialmente Europa del Este se opone con vehemencia al establecimiento de cuotas al que aspira Merkel, mientras la construcción de hotspots apenas avanza.

Merkel ha anunciado ya que, tras la cumbre, de ser necesario, tendrá que reevaluar su política de refugiados. En Berlín, entretanto, se piensa en alternativas: para el caso de que la cumbre europea no traiga avances, Alemania se reserva "medidas dirigidas a demostrar a sus socios que los refugiados no son solo un problema alemán", asegura el diputado cristianodemócrata Roderich Kiesewetter, en entrevista con DW.

Cerrar las fronteras

El Gobierno alemán podría así, en coordinación con Austria y otros vecinos, cerrar temporalmente las fronteras a los refugiados, precisa el experto de política exterior de la gobernante Unión Cristianodemócrata (CDU). Si Alemania cierra sus fronteras, los refugiados se estancarán a lo largo de la ruta de los Balcanes y los socios europeos se verán obligados a actuar (o al menos eso esperan los conservadores alemanes). Eso sí, habría que asegurar "que los refugiados varados en la ruta de los Balcanes reciban atención humanitaria", explica Kiesewetter.

Alemania abrió sus fronteras el pasado verano, luego de que numerosos refugiados quedasen varados en esa misma ruta de los Balcanes. Desde entonces, cientos −en días culminantes del pasado año incluso miles− de solicitantes de asilo han seguido llegando diariamente a este país. Para reducir tales estadísticas, el Gobierno apuesta por la expulsión consecuente.

Refugiados a la espera de ser registrados en la isla de Lesbos, Grecia.
Refugiados a la espera de ser registrados en la isla de Lesbos, Grecia.Imagen: picture alliance/dpa/S. Baltagiannis

De vuelta al principio

En una visita a Kabul, la capital de Afganistán, el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, aclaró que su Gobierno reforzaría la deportación de afganos sin oportunidad de obtener asilo. Así que los afganos deberían devolverse voluntariamente a su país, consideró entonces el político cristianodemócrata; a las partes del país que, según dijo, serían seguras. Eventualmente, los que opten por el retorno podrían obtener ayuda financiera para reconstruir sus vidas, sugirió de Maizière.

"Esperamos que, cuando vuelva a haber paz en Siria, cuando el EI sea derrotado en Irak, ustedes también vuelvan (…) a sus países", aclaró Angela Merkel aludiendo a los refugiados, en un evento local de su partido este fin de semana. Al mismo tiempo, según informaciones del jefe de la cancillería alemana, Peter Altmaier, la UE negocia con Turquía y otros países en torno a la reacogida de refugiados que hayan cometido delitos: con ello, el bloque quiere asegurar la deportación a terceros países, en los casos en que no sea posible devolverlos a sus países de origen.

Esto valdría para casos en los que los involucrados pudieran estar amenazados con torturas o la pena de muerte, si retornasen a su patria. Además, muchos países de origen se niegan a reacoger a sus compatriotas refugiados, sobre todo, cuando estos no cuentan ya con documentos válidos. Según el Gobierno alemán, existe la posibilidad de que el acuerdo con Turquía se implemente este verano.

"Señales inequívocas"

Altmaier habló de "señales inequívocas", que mostrarían, "que no vale la pena, venirse a Alemania, si uno es argelino, tunesino o marroquí." La coalición gobernante de cristianodemócratas, socialcristianos y socialdemócratas quiere declarar a estos tres como "países de procedencia seguros", en aras de acelerar el procesamiento de solicitudes de asilo y la deportación de sus ciudadanos.

Adicionalmente, en un artículo publicado en la prensa este lunes (1.02.2016), la ministra alemana de Trabajo, Andrea Nahles, amenazó también con recortar las ayudas a aquellos refugiados "que no quieran dejarse integrar" en la sociedad alemana.

Su Gobierno trabaja "muy fuerte para reducir notablemente la cifra de refugiados". Así resumió en esta misma jornada el vocero gubernamental germano, Steffen Seibert , la política de su jefa. ¿Con qué medios? Eso se definirá de aquí a la cumbre de la UE, en menos de tres semanas.