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Póquer de alto tonelaje

ERS19 de septiembre de 2006

El consorcio de vehículos utilitarios Man no se da por vencido: pese a que la empresa sueca Scania rechazó su oferta de compra, los alemanes se muestran convencidos de que el que la sigue la consigue.

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Los engranajes de MAN ya se han puesto a rodar para conseguir a Scania.Imagen: AP

El negocio de los vehículos utilitarios marcha viento en popa. Empresas como Volvo, Man y Scania van de récord en récord, obteniendo utilidades con las que los fabricantes de automóviles no se atreven siquiera a soñar. En el caso de Man, por ejemplo, se cuenta este año con aumento del 17% en la venta de camiones. Tampoco la venta de autobuses se queda atrás y las perspectivas para el año entrante se perfilan igualmente favorables, aunque probablemente no se logrará superar el boom de este 2006. En suma, el consorcio alemán avanza por la ruta del éxito. Y eso, por lo visto, le abrió el apetito por un suculento bocado sueco: la competidora Scania.

Argumentos alemanes

Deutschland Schweden LKWs Scania und MAN
Los camiones de MAN y Scania aún ruedan por carriles separados.Imagen: AP

Unos 9.600 millones de euros está dispuesto a pagar Man por Scania, empresa que a nivel mundial da empleo a cerca de 30 mil personas, en Europa y Sudamérica. Una suma al parecer insuficiente para convencerla de las bondades de continuar el camino en yunta. La negativa de Scania y de sus principales accionistas -entre los que se cuenta también Volkswagen- no ha desanimado sin embargo a los alemanes, que ya antes habían hecho otro intento infructuoso de adquirir la empresa.

El presidente del directorio de Man, Hakan Samuelson, asegura que no se trata de una lucha por el poder, sino de pura lógica empresarial. A su juicio, el mercado necesita una consolidación y de ahí se deriva el propósito de "configurar un grupo internacional, que ofrece interesantes perspectivas a ambas partes". Si la fusión se concretara, nacería el fabricante de vehículos utilitarios más grande de Europa y el tercero a nivel mundial. Los efectos de sinergia resultantes serían desde luego interesantes, sobre todo en el carísimo sector del desarrollo de nuevos productos, según han hecho notar expertos en la materia.

Resistencia sueca

En la central de Scania, sin embargo, las ventajas aún no parecen tan evidentes. Algunos opinan allí que, de efectuarse una fusión, debería ser bajo la batuta de su propia marca, que consideran mejor que Man. Un periodista económico lo expresó irónicamente: quien conduce un Scania, no lo cambiaría por un camión de Man. Sería como si un conductor de BMW cambiara su coche de lujo por un Fiat.

Comentarios como ése no parecen hacer mella en Man, que sigue tratando de entusiasmar a los accionistas de Scania. "Estamos dispuestos en todo momento a conversar. No tenemos presión de tiempo y podemos discutir con toda tranquilidad en las próximas semanas", declaró Samuelson al periódico Süddeutsche Zeitung. Y, desde ya, dejó en claro que aspira a lograr su objetivo de todos modos: "Espero que lo consigamos de aquí a fin de año, de lo contrario, seguiremos el 2007".