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Área protegida para los raros gorilas de Camerún

Julia Mielke | Serges Aime Tatchemo
24 de agosto de 2021

En la selva de Ebo viven primates poco comunes, entre ellos una subespecie de gorila desconocida hasta ahora. Los científicos colaboran con la población local para preservar el hábitat del ser humano y de los animales.

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USA Escondido | Coronavirus Gorilla | San Diego Zoo Safari Park
Imagen: Ken Bohn/San Diego Zoo Safari Park/AP/picture alliance

Camerún: conservación de gorilas en el bosque de Ebo

Objetivo del proyecto: científicos colaboran con el "Club de Amigos de los Gorilas” para que la selva tropical de Ebo se convierta en una zona gestionada por la comunidad, con un área reservada a los gorilas. Con ello se pretende proteger a las especies en peligro de extinción.

Ejecución del proyecto: mediante la sensibilización de la población y la creación del "Club de Amigos de los Gorilas” se debe animar a los vecinos a gestionar y proteger el bosque de la mejor manera posible. Alrededor del 90 por ciento de los antiguos cazadores furtivos son ahora miembros del club y se ganan la vida con la agricultura.

Socios del proyecto: el zoológico de San Diego es responsable de la ejecución.

Duración del proyecto: en curso.

Jean Titil, que en su día fue cazador furtivo, es ahora un comprometido animalista y conservacionista. Titil vive en la aldea de Iboti, una de las tres comunidades situadas en el límite de la selva tropical de Ebo que participan en el Proyecto de investigación forestal de Ebo. Hace ocho años, científicos de Camerún y Estados Unidos iniciaron el proyecto de investigación.

La selva de Ebo, en Camerún, tiene una extensión de unos 1.500 kilómetros cuadrados. Se encuentra en la cuenca del Congo y forma parte de la segunda selva tropical más grande del mundo, después de la cuenca del Amazonas. La zona, rica en especies, alberga primates raros, como chimpancés y gorilas, que son presa de la caza furtiva.

El proyecto se basa en una estrecha colaboración con los habitantes del pueblo. Los científicos sensibilizan a la población sobre los efectos de la caza furtiva. Juntos se encargan de las observaciones mensuales en el bosque. Allí, los científicos han descubierto una nueva subespecie de gorila, que hasta ahora solo se había visto en el bosque de Ebo. Basándose en las huellas, los excrementos y los nidos, pueden seguir los movimientos de los animales. Con el apoyo de cámaras trampa, ahora tienen datos sobre varios primates.

Para que los habitantes del pueblo se impliquen más, han formado el "Club de Amigos del Gorila”. Cualquiera puede unirse y participar en el seguimiento. Al mismo tiempo, los miembros reciben formación sobre la cría de animales y la agricultura para no tener que recurrir a la caza furtiva.

Un videorreportaje de Julia Mielke y Serges Aime Tatchemo