Primeras Damas: influencia sin regulación
5 de mayo de 2015Según la organización Transparencia Internacional la región se encuentra por debajo de la media global en cuanto a corrupción. “Junto con África, América Latina ocupa los lugares más bajos, aunque hay diferencias. No es lo mismo Venezuela que Chile o Panamá que Paraguay“, afirma Alejandro Salas, director para las Américas de Transparencia Internacional. Además de los índices de corrupción en los que la región sale mal parada varios casos salpican a las familias presidenciales en América Latina, y dado que son figuras que ejercen una gran influencia deberían estar sujetas a una regulación.
Un señalamiento de presunta corrupción puso en el ojo del huracán a la Primera Dama de México, Angélica Rivera, en noviembre pasado cuando la periodista Carmen Aristegui reveló que la esposa del presidente Enrique Peña Nieto tenía una residencia valuada en 7 millones de dólares, adquirida a un precio menor al del mercado. La casa en cuestión había sido financiada por el grupo Higa, actual proveedor del Gobierno federal y del Estado de México cuando era gobernado por Enrique Peña Nieto.
No son electas y tampoco funcionarias
La investigadora Carolina Guerrero del Instituto Giga de Hamburgo señala que las Primeras Damas en América Latina no están sujetas a ninguna regulación. “No son obligadas a rendir cuentas ante los electores ni ante las instituciones. Como es un cargo no electo no se les puede castigar con el voto y las instituciones no las pueden investigar porque no son funcionarias públicas“, advierte.
Sin embargo las Primeras Damas juegan un papel muy importante en la región. “Ejercen funciones más allá de las tradicionales actividades relacionadas con el protocolo. Eso hace que tengan un alto grado de influencia política lo que se ve reflejado desde las campañas electorales hasta el ejercicio del gobierno en donde participan activamente en el proceso político", afirma la investigadora. "Colocan temas en la agenda pública, formulan políticas, participan en las cumbres de jefes de Estado y representan al Estado en viajes oficiales“, destaca Guerrero.
Nicaragua y Perú
Rosario Murillo, esposa del actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, es un ejemplo de ello. “En política nacional ella es la encargada de todas las comunicaciones del gobierno. Ella tiene una influencia directa en la formación de política pública, y en la última cumbre de CELAC fue nombrada canciller en funciones. Además juega un papel importante en la política exterior y representa al Estado en estas cumbres“, subraya la investigadora.
Nadine Heredia, esposa del presidente del Perú, Ollanta Humala, era hasta hace poco más popular que su marido, sin embargo después de ser acusada por presunto lavado de activos y por sospechas de corrupción, su popularidad se ha ido a pique con dos investigaciones en curso. “Tiene una influencia clara como hacedora de política pública a nivel nacional. Se dijo que ella era quien gobernaba en el país andino“, afirma Guerrero.
Alejandro Salas destaca que es importante que la ciudadanía deje de ver la corrupción como un mal menor. “Tenemos que entender que cualquier hecho por pequeño que sea tiene consecuencias. Cada uno de nosotros tiene que decir no a la corrupción“, dice y advierte que como ciudadanos el voto es muy importante. “Debemos dejar de recompensar a los ladrones“.