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Portugal elige presidente en medio de crisis económica

23 de enero de 2011

La elección presidencial en Portugal tuvo como telón de fondo la crisis económica del país luso. El alto déficit público y la crisis del euro son algunos de los principales problemas de este miembro de la Unión Europea.

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La crisis del euro afectó las elecciones en Portugal.Imagen: picture alliance/dpa

"El liderazgo del país está en manos del próximo presidente y él debe ser una voz fuerte. Creo que la persona por quien voté tiene esta fortaleza", dijo Magda Cardoso, una mujer de 60 años que participó este domingo (23.01) en los comicios en Portugal.

La elección del nuevo presidente de los lusos se da en el marco de la peor crisis económica y financiera que ha tenido que enfrentar Portugal desde que ingresó como miembro a la Unión Europea en 1986. Con una inflación del 2,5 por ciento en el 2010, y un déficit público del 7,3 por ciento para el mismo año, sigue latente el temor de que este país requerirá próximamente un plan de rescate internacional. De acuerdo con las proyecciones del banco emisor de Lisboa, la economía lusa se contraerá en el 2011 en un 1,3 por ciento. La tasa de desempleo, cuyo récord del 11,1 por ciento se registró en el 2010, también podría aumentar.

Con cerca de 9,7 millones de personas con derecho a voto, la participación en las elecciones presidenciales portuguesas tradicionalmente es baja. Y en el 2011 tampoco fue la excepción. Junto a la crisis económica, en la abstención también jugó un rol importante que la presidencia del país sea principalmente un cargo simbólico y protocolar.

Medidas austeras

Portugal Wahlen 2011 Präsident Anibal Cavaco Silva
Aníbal Cavaco Silva, presidente y candidato.Imagen: AP

Seis candidatos presentaron su candidatura a los comicios de Portugal. Entre ellos el actual presidente, Aníbal Cavaco Silva. Perteneciente al partido social demócrata de oposición, Cavaco Silva dejó atrás sus reservas en la campaña electoral y adoptó formulaciones drásticas. "La gigante deuda extranjera y el desempleo han creado una situación casi explosiva", dijo el político en busca de su reelección para un segundo mandato como jefe de Estado este domingo (23.01).

El primer ministro luso, José Sócrates, había adoptado para el 2011 duras medidas de austeridad, como recortes a los gastos y alzas en los impuestos. Todo con el fin de evitar el paquete de rescate como al que accedieron Irlanda y Grecia. Éste, sin duda, fue uno de los temas importantes en la campaña, pero como el primer ministro dirige el Gobierno, el impacto de la elección es limitado.

Desinterés de electores

Ante la situación económica de Portugal y los recortes efectuados por el actual primer ministro Sócrates, muchos portugueses están desilusionados. Los bajos salarios, los altos impuestos y el alza del desempleo influyeron en la participación de los lusos en las urnas.

Symbolbild Portugal Finanzen
La economía portuguesa está en la mira de los inversores y de la comunidad internacional.Imagen: picture-alliance/dpa

Ésta era la misma percepción de los medios de comunicación portugueses. "La campaña electoral carece de interés", se quejaba el Diário de Notícia. El columnista Miguel Gaspar opinó en el diario Público, que “ésta fue la campaña electoral de menos nivel desde el regreso de Portugal a la democracia”.

Pero el desinterés de los electores también se debe a que el cargo de presidente es más simbólico y protocolar, y es el primer ministro quien se encarga del Gobierno del día a día. Sin embargo, la Constitución atribuye al jefe de Estado algunos derechos que pueden cambiar el rumbo político del país luso.

Cargo simbólico, pero poderoso

Aunque la autoridad del presidente de Portugal es limitada, puede remover de su cargo al primer ministro, disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, si cree que tiene que los motivos necesarios. En caso de que Portugal tuviera que acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea para solicitar un rescate, él podría estar bajo presión de la oposición para hacerlo.

Antes de las elecciones, el primer ministro Sócrates consiguió el apoyo de los social demócratas para aprobar el presupuesto de este año. Entre las medidas se encuentran la reducción de los sueldos de los empleados fiscales en un cinco por ciento, así como alzas generalizadas de impuestos.

El Gobierno ha prometido a Bruselas que reducirá el déficit de presupuesto a un 4,6 por ciento del producto interno bruto este años desde un 7,3 por ciento el año pasado. Sin embargo, muchos economistas esperan que eso regrese al país a una recesión luego de que logró un crecimiento del 1,3 por ciento en el 2010.

Autora: Cristina Mendoza Weber

Editora: Emilia Rojas