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Opinión: una salida letal y algo de esperanza en La Haya

Zoran Arbutina
30 de noviembre de 2017

El espectacular suicidio de Slobodan Praljak en vivo y en directo fue dramático y buscaba empañar la gran labor del Tribunal de la Haya, lamenta Zoran Arbutina.

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Niederlande Den Haag - UN Tribunal: Slobodan Praljak
Imagen: picture-alliance/AP Images/R. v. Lonkhuijsen

El día de trabajo en La Haya culminó con un momento impactante e inesperado. Al leer el veredicto que mantenía su sentencia de 20 años de cárcel, al ser negada su apelación, el general croata Slobodan Praljak gritó no ser un asesino y que rechazaba el veredicto, para luego ingerir un liquido que traía consigo. "Acabo de tomar veneno”, exclamó y momentos después el hombre murió en el hospital. Se trataba de un suicidio ante los medios, perfectamente planeado.

Praljak, un hombre que cuenta con tres títulos universitarios y quien antiguamente había trabajado en la televisión, bebió la sustancia mortífera sabiendo que el público en Croacia y Bosnia Herzegovina estarían viendo su veredicto en la corte en vivo. Asimismo, él sabía que reacción desencadenaría su acto, que los medios croatas proclamarían la muerte de "un héroe croata”.

El presidente del país y su ministro de Exteriores cancelaron sus viajes en el exterior para regresar a casa lo antes posible. El primer ministro, Andrej Plenjovic explicó que "el acto que lamentablemne presenciamos hoy habla, más que todo, de las graves injusticias morales que viven seis croatas de Bosnia y el pueblo croata”.

Insultos y elogios

Zoran Arbutina, de DW.
Zoran Arbutina, de DW.

Obviamente, hubo gran indignación y rabia hacia el tribunal. Muchos hablaron de la injusticia e ineptitud, otros de un complot contra los croatas y contra el general Covic. Pero también hubo aquellos que elogiaron al tribunal y condenaron lo que los jueces mismos denominaron como "colectivo criminal” de croatas en Bosnia.

De ese modo, aparte del trágico y desafiante suicidio en público, en La Haya se vio más de lo mismo. El tribunal dictamina, un lado se ve como vencedor y el otro se siente victimizado. No importa si el individuo es croata, serbio o bosnio, lo que importa es quién está en el banquillo en ese momento. Lo comentaristas y ciudadanos serbios  no se cansan de señalar que la mayoría de los enjuiciados han sido serbios. Cuatro de ellos han recibido penas de por vida. Ahora, los croatas tienen a su mártir también, uno que estuvo dispuesto a morir por su pueblo.

Sin duda, es lamentable que la labor del tribunal tuviera que terminar con un escandalo de esta magnitud. Sin embargo, no sorprende para nada si se toma en cuenta la historia del tribunal y sus 25 años de trayecto. El trabajo de la corte ha sido desprestigiado desde un principio por los Estados de la antigua Yugoslavia. Sus jueces han sido menospreciados, calificados de corruptos e incompetentes una y otra vez. Los acusados más famosos, como el fundador del Partido Radical Serbio, Vojislav Seselj y el expresidente serbio Slobodan Milosevic, han demostrado abiertamente su ira en sesiones judiciales. Los acusados han difamado e insultado a los jueces, y a veces incluso hubo que desalojar las audiencias.

El tribunal hace avanzar la Justicia internacional

No obstante, el balance del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia ha sido positivo. En sus 25 años de existencia, este tribunal ha sentenciado a unas 161 personas, entrevistado a más de 4,600 testigos y a ha recopilado unos 2.5 millones de documentos.

Numerosos políticos y militares de alto rango han sido forzados a responder por sus crímenes, como muchos de ellos jamás imaginaron que ocurriría. La corte proporcionó detallados hechos que fueron casi imposibles de refutar y muchas victimas tuvieron la oportunidad de enfrentar a sus agresores, sin miedo a su seguridad.

El tribunal de la ONU ha hecho progresar la causa de la Justicia internacional. Esta es la primera vez que el Consejo de Seguridad ha aplicado con eficacia los principios judiciales de la ONU. Todo esto puede hacer posible la reconciliación y que los pueblos de la antigua Yugoslavia se enfrenten con su pasado. Pero hasta ahora esto no se pudo realizar en su totalidad por culpa de líderes políticos que han preferido incitar al nacionalismo, algo que les resulta más lucrativo. Slobodan Praljak, con su espectacular suicidio, añadió su granito de arena a esos esfuerzos contraproducentes. Obviamente, ese era su objetivo, y fue un acto de cálculo.

Sin embargo, cuando se calmen los ánimos y la conmoción haya pasado, existe aún la posibilidad de encontrar nuevas perspectivas para el futuro de la región y la coexistencia pacifica de aquellos que la integran. Esto es algo que los Estados de la antigua Yugoslavia necesitan urgentemente.

Zoran Arbutina (JCG/ CP)

Criminal de guerra se envenena en La Haya