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Pero los noruegos no quieren convertirse en el "cargador" de Europa. Los proveedores de energía estatales, por su parte, ven una oportunidad millonaria. De los 28 grandes saltos de agua del país, solo hay dos que no se explotan para la producción de electricidad. ¿Llegarán las gigantescas líneas de alta tensión a enturbiar las románticas vistas de los fiordos?