Marina germana asume dirección de vigilancia frente al Líbano
16 de octubre de 2006
El pasado domingo el almirante alemán Andreas Krause asumió el control de una franja de 50 millas marinas en las costas del Líbano. La misión de los militares alemanes consistirá en impedir el tráfico de armas dirigidas a la guerrilla libanesa Hezbolá.
La llegada tardía de las tropas germanas se debió al tiempo requerido por el Bundestag (Parlamento federal), casi un mes, para la aprobación del envío de militares alemanes al Líbano.
Esta decisión de extrema importancia para la política exterior alemana tuvo que ser sometida a votación y después de concretarse todos los detalles fue respaldada finalmente por la totalidad del parlamento. Únicamente la fracción del Partido de Izquierda se declaró en desacuerdo con esta decisión.
Esta tarea de vigilancia que había sido prevista desde un principio para las tropas germanas, tuvo que ser designada a última hora a las tropas italianas que se encontraban en la zona.
Una misión histórica
Alemania no enviaba tropas a esta región desde el final de la Segunda Guerra Mundial, por esta razón el envío de 2.400 soldados germanos es considerado como un acontecimiento de suma importancia.
El almirante Krause resaltó este aspecto en su discurso y señaló que es una misión histórica que supone peligros.
Tras el exitoso desempeño del almirante italiano Giuseppe de Georgi, ahora el control marítimo en las costas del Líbano será asunto de las tropas germanas.
Además de garantizar el bloqueo contra Hezbolá, las funciones del ejército alemán en el Líbano son la ayuda humanitaria y la cooperación técnica armamentística.
Las tropas alemanas llegaron provistas de dos fragatas, cuatro lanchas torpederas y dos barcos de provisiones.
Amenaza asimétrica
Inmediatamente después de finalizar los combates entre Israel y la milicia libanesa chiíta, el secretario general del Hezbolá, Hassan Nasrallah se dirigió públicamente a la canciller alemana Angela Merkel, advirtiendo: "Así se impongan controles aéreos, marítimos y terrestres, poseemos más de 20.000 misiles y somos más fuertes que nunca".
Esta amenaza la conocen tanto el almirante Krause como sus tropas. Por eso pretenden poner en práctica una estrategia político-militar para minimizar los riesgos y atenuar el peligro.
El control de la flota de la Fuerza Interina de Naciones Unidas es una difícil misión militar para el ejército alemán, que podría poner en peligro la neutralidad alemana.