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Contra el aborto en EE.UU.: lucha a expensas de las mujeres

Christina Bergmann
15 de mayo de 2019

La lucha contra el derecho al aborto en Estados Unidos se intensifica, y está marcada por la misoginia, la hipocresía y la ignorancia. Donald Trump solo un papel secundario, dice Christina Bergmann.

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Imagen: picture-alliance/dpa/AP/The Montgomery Advertiser/M. Welsh

La ley contra el aborto de Alabama es la más dura de Estados Unidos. Es equivalente a una prohibición del aborto, porque lo convierte en punible desde el momento en que la mujer sabe que está embarazada. Un médico que realice un aborto puede ser castigado con prisión de hasta 99 años. No hay excepciones por violación o incesto.

Esta ley es el último resultado de una despiadada campaña. Los opositores radicales al aborto y los políticos conservadores no están interesados ni en la situación ni en los derechos de las mujeres, ni en el conocimiento científico. Y aunque lo digan, no representan a la mayoría de la población. Dos tercios de los estadounidenses quieren que se permita el aborto, solo que la mayoría está a favor de algunas restricciones legales. Sólo el 18% exige que el aborto sea prohibido en todas las circunstancias.

Campaña con historias de terror

Aún así, los radicales han utilizado durante años horribles imágenes e historias de bebés desmembrados en abortos tardíos, todo contra el derecho fundamental al aborto. En Estados Unidos, el 89% de los abortos se lleva a cabo en las primeras 12 semanas de embarazo. Es más fácil pescar votos con emociones que con hechos.

Las estadísticas dicen claramente que en países con leyes estrictas sobre el aborto, no hay menos abortos. Al contrario. Los países con las leyes de aborto más estrictas tienen tasas de mortalidad materna e infantil más altas. Convertir un aborto en un delito no los disminuye, solo lleva a abortos sin atención médica profesional.

La educación y el acceso a los anticonceptivos son mucho más efectivos. ¿Qué pasa si en los veintisiete estados de EE. UU. en los que se propaga la abstinencia sexual en escuelas, se elimina esa absurda regla? ¿Y si en más estados se instruyera a los adolescentes en métodos de anticoncepción?

En 2010, de 1.000 adolescentes en Estados Unidos, 57 quedaron embarazadas. Esa es la tasa más alta de los países desarrollados. ¿Están los conservadores muy orgullosos de esto? 15 de esos 57 embarazos adolescentes terminaron en un aborto. En comparación, Suiza, que tiene una ley de aborto muy liberal, y registra tasas mucho más bajas: solo ocho de 1.000 adolescentes quedaron embarazadas en 2011. Y solo cinco de esos ocho embarazos fueron interrumpidos.

Pero los hechos no les interesan a los conservadores. Invocan la voluntad de Dios en un país que tiene una separación constitucional de Iglesia y Estado. Justo este es un caso de constitucionalidad. Como sucede con todas leyes de aborto extremadamente restrictivas, la ley en Alabama es en realidad insostenible, según la ley actual. En su fallo histórico de 1973 (Roe v. Wade), el Tribunal Supremo dijo que la Constitución de Estados Unidos garantizaba a las mujeres el derecho al aborto. Los conservadores esperan ahora que la oposición a estas leyes termine en la Corte Suprema y acabe con el espíritu de Wade. En la más alta Corte, los jueces conservadores son ahora mayoría.

Aún nada se ha consumado. Pero si tumban la ley Wade, las leyes drásticas en Alabama y otros lugares entrarán en vigor de inmediato. Entonces, una minoría se habrá impuesto con una cínica campaña, en lugar de pensar en regulaciones moderadas. En Alemania, por ejemplo, el aborto está sujeto a condiciones estrictas en las primeras doce semanas, pero no criminaliza ni a las mujeres ni a los médicos.

Con leyes como las de Alabama no habrá menos abortos. Pero más sufrimiento, especialmente para aquellas mujeres que no pueden darse el lujo de evadir la ley.

(jov/er)