Lenín Moreno - Luces y sombras de un mandatario

En 2017 Lenín Moreno ganó la presidencia de Ecuador, convirtiéndose en el primer jefe de Estado latinoamericano en silla de ruedas.
La política formó parte de su vida desde joven: su padre fue senador y diputado por el partido centrista. Estudió Administración Pública, y luego se hizo profesor de secundaria.
Para 1998, Moreno llevaba una vida normal. Tenía 45 anios, y se había convertido en un empresario exitoso conocido en la industria turística.
Estaba casado, tenía tres hijas y una vida estable. Pero una noche, sin previo aviso, todo cambió. Un asalto a mano armada lo dejó en silla de ruedas.

La defensa de las personas con discapacidad ha sido parte central de su función política. No solo cuando ejerció la vicepresidencia del país, entre 2007 y 2013, como segundo del exmandatario Rafael Correa, sino también como Enviado especial de la ONU sobre discapacidad, cargo que ocupó durante tres anios en Ginebra.
A la presidencia de Ecuador llegó en 2017 como sucesor de Correa. Sin embargo, al poco tiempo, rompió con sus predecesor y mentor y también con sus promesas electorales.

Cuatro años después, deja un país devastado que no cree en él.  El índice de pobreza trepó al 47% de pobreza, el desempleo llega al 6% de desempleo y en 2020 se registró un 8% de contracción económica.
En cuanto a la gestión de la pandemia, entrega el país con más de 400 mil casos de Covid-19 y casi veinte mil muertos causados por la enfermedad. Apenas ha vacunado a 1.5% de la población: el tercer peor registro de Suramérica.

Ganó la presidencia de Ecuador en 2017 con una aprobación que superaba el 70%. Pero hoy Lenín Moreno se marcha con una bajísima popularidad. De acuerdo con algunas encuestadoras, apenas 7 de cada 100 ecuatorianos dicen creer en su palabra. Ningún mandatario había abandonado el palacio de Carondelet con una imagen tan negativa, ni siquiera los que se fueron en medio de revueltas sociales ni los que sufrieron golpes de Estado.