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Las contradictorias señales de la oposición siria

Andreas Gorzewski /ERS12 de noviembre de 2013

La oposición siria se muestra dispuesta a acudir a la conferencia de paz de Ginebra. Pero sigue planteando amplias demandas, que hacen dudar a los analistas de su voluntad de negociar.

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Imagen: Bulent Kilic/AFP/Getty Images

La principal alianza opositora siria parece ahora dispuesta a participar en una conferencia de paz en Ginebra. Tras dos días de deliberaciones, la Coalición Nacional Siria (CNS) declaró en Estambul que no podrá condiciones previas. Hace apenas una semana, representantes individuales de dicha agrupación habían planteado todavía condiciones imposibles de satisfacer, para negociar con el gobierno de Bashar al Assad. Pero la vía hacia la conferencia, que ya lleva el título de “Ginebra II”, sigue sin estar despejada.

El jefe de la sección de prensa de la CNS, Chalid al-Saleh, presentó en Estambul cuatro demandas: la suspensión de las operaciones militares en Siria, la liberación de los presos políticos, el establecimiento de corredores para el paso de ayuda humanitaria a las regiones sitiadas y la definición de un cronograma concreto para un gobierno de transición sin Assad. Aclaró que tales demandas no son condiciones directas para la participación en la conferencia de paz. Pero los obstáculos para el inicio de las conversaciones en diciembre siguen siendo grandes.

Los móviles opositores

La directora de la sección del Medio Oriente de la Fundación Heinrich Böll en Beirut, Bente Scheller, no ve cambios sustanciales en la postura de la Coalición Nacional Siria. “Se intenta encontrar razones para no acudir” a la conferencia, pero la organización no quiere dar la impresión de que ya se decidió abiertamente en contra, explica la especialista a DW. A su juicio, las demandas de la CNS son imposibles de cumplir.

Michael Stephens, experto en Siria del instituto británico Royal United Services, atribuye la actitud de la coalición opositora a la presión extranjera, ya que sobre todo la Unión Europea y los países del Golfo Pérsico quieren llevar la CNS a la mesa de negociaciones. “No estoy convencido de que la aprobación opositora a las conversaciones sea sincera. Lo considero una táctica política, dirigida a no perder las simpatías occidentales ni el respaldo financiero del Golfo Pérsico”, opina el investigador radicado en Catar.

El futuro de Assad

Un asunto central es si Bashar al Assad tendrá que dejar el gobierno, y en qué forma. La oposición ha dicho reiteradamente que, tras más de dos años y medio de guerra, sería inconcebible una solución política con Assad a la cabeza. Ya en la primera conferencia de paz de Ginebra, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y varios países del Medio Oriente se habían mostrado partidarios de un gobierno de transición. Pero Rusia impidió entonces un acuerdo que excluyera a Assad. Esa primera conferencia no logró nada y la demanda volverá a estar sobre el tapete en la próxima ronda de conversaciones, que ya ha sido postergada varias veces.

Bashar al Assad.
Bashar al Assad.Imagen: Reuters

Los diversos grupos opositores no están de acuerdo en cuanto a si la renuncia de Assad debería exigirse como premisa o como resultado de las negociaciones. En opinión de Stephens, sobre todo Catar y Arabia Saudita presionan por una retirada inmediata de Assad. Pero, con tales premisas, la conferencia no tiene perspectivas de éxito.

Falta de autoridad

No solo las divergencias sobre la posición a adoptar con respecto a Assad debilitan a la de por si atomizada oposición. También la escasa base de poder que tiene en Siria reduce las posibilidades de la CNS de negociar con cohesión y legitimidad sobre el futuro del país. “El problema es que ya ahora tiene muy poca legitimidad, porque la coalición nunca ha logrado hacer cosas mayores en el país”, comenta Scheller. De hecho, muchos grupos de la resistencia no pertenecen a la CNS.

La experta en Siria no cifra grandes esperanzas en el inicio de la conferencia en diciembre. “Temo que ambas partes no dispongan de suficiente unidad ni de suficiente voluntad”, indica la especialista de la Fundación Henrich Böll. Stephens, por su parte, opina que tampoco Assad tiene muchas razones para negociar, ya que puede seguir contando con el respaldo de Rusia y de Irán.