La tortura no es juego

Los daneses tienen un problema en Camp Eden, la base militar que mantienen en Irak. No sólo porque en meses pasados hubo denuncias de maltrato de prisioneros, como el privarlos de agua y alimento, que hacen recordar al tristemente conocido caso de la prisión de Abu Ghraib. La cosa va aún más lejos, a juzgar por lo que reveló el diario Ekstra Blader este fin de semana en Dinamarca: soldados daneses se divertían "jugando" a la tortura.

Escándalo en Dinamarca

El periódico publicó fotografías en las que se ve, por ejemplo, a un comandante sosteniendo una pistola frente a un soldado danés, sentado con un balde sobre la cabeza y los brazos cruzados a la espalda, como si estuviera atado. Son simulaciones de tortura, escenificadas por los uniformados para entretenerse. Poco importa que no hubiera prisioneros reales involucrados. El hecho es que, a todas luces, los soldados se permitieron divertirse con un asunto que no tiene nada de gracioso y, por el contrario, se cuenta entre las prácticas más abominables y denigrantes para el ser humano.

El ministro danés de Defensa, Soeren Gade, condenó claramente lo ocurrido, admitiendo que esas imágenes "pueden sugerir a la gente alguna asociaciones horribles" y dar a los daneses una impresión "nefasta" de lo que sucede en la base de Camp Eden. Gade señaló que lo mostrado en las imágenes no es en absoluto compatible con los valores del ejército de su país. Valores que, de hecho, Dinamarca trató de subrayar hace dos semanas, cuando determinó que no entregaría prisioneros iraquíes a las tropas británicas, por temor a que éstas los pusieran a su vez a disposición de las autoridades de Irak, que han restablecido la pena de muerte.

Interrogatorios en Mannheim

Lo ocurrido en la base danesa es grave. Porque dice mucho del trasfondo en que se producen casos de torturas reales como los que sacudieron a la opinión pública internacional en los meses pasados, que aún no terminan de esclarecerse del todo. A partir de este lunes, un tribunal militar estadounidense comenzará con el interrogatorio de cuatro de los siete uniformados norteamericanos acusados de maltrato y humillación de detenidos en la prisión iraquí de Abu Ghraib.

Los acusados tendrán que declarar en el cuartel Taylor, en la localidad alemana de Mannheim, donde fueron trasladados para facilitar el procedimiento, según se dijo. Luego la corte castrense habrá de decidir si los inculpados serán sometidos a un juicio propiamente tal. Quizá este proceso contribuya al menos a dejar en claro a otros soldados, incluidos los daneses de las fotos, que con la dignidad humana no se juega.