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Convenciones: clara prohibición de la tortura

Markus Frenzel15 de mayo de 2004

Mientras EEUU trata de relativizar las torturas cometidas en Irak, las convenciones de Ginebra y La Haya establecen claramente que ningún Estado tiene derecho de agredir síquica o físicamente a un prisionero de guerra.

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Cárcel de Abu Ghraib en Irak.Imagen: AP

En todas las guerras siempre se torturó brutalmente a los presos. Debido a lo cual, hace ya cerca de 100 años que la comunidad internacional acordó estándares internacionales sobre el trato a presos y soldados enemigos. La "Convención relativa a las leyes y costumbres de la guerra terrestre", firmada en La Haya, en 1907, prohibe expresamente "matar o herir enemigos que se han rendido". Luego de la Primera Guerra Mundial surge la necesidad de afinar el convenio de La Haya, que aún era muy vago en sus prohibiciones. En los años 20 se proclamó entonces la primera convención de Ginebra. Pero los poderosos ignoraron también esta convención. Durante la Segunda Guerra Mundial fueron sobre todo las fuerzas armadas alemanas las que pasaron por alto continuamente el convenio. Pero la comunidad internacional actuó en consecuencia.

Tortura más que prohibida

El 12 de agosto de 1949 se firmaron cuatro acuerdos. Entre ellos el "Convenio de Ginebra relativo al trato debido de los prisioneros de guerra". En el cual se establece que "los prisioneros de guerra deberán ser protegidos en todo tiempo, especialmente contra todo acto de violencia o de intimidación, contra los insultos y la curiosidad pública". Además dice expresamente que "no se podrá infligir a los prisioneros de guerra tortura física o moral ni presión alguna para obtener datos de la índole que fueren."

Misshandlung von Gefangenen in Irak - Reaktionen Ägypten Miniquiz Mai 2004
Ciudadanos egipcios leen las últimas noticias sobre torturas a prisioneros iraquíes.Imagen: AP

Aún así los Estados consideraron necesario garantizar en un documento separado ciertos derechos humanos y sobre todo prohibir explícitamente la tortura. Por lo cual se cierra en 1966, en Nueva York, el "Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos". El artículo 7 de dicho pacto establece claramente que "nadie puede ser sometido a tortura o a un trato o castigo brutal, inhumano o humillante". EEUU es una de las naciones que firmó el pacto y lo apoya oficialmente desde el 8 de junio de 1992.

También la convención anti-torturas de las Naciones Unidas, vigente desde 1987, fue ratificada por EEUU. Según Mark Thomsen, jefe de la asociación ginebrina de prevención de la tortura, "la convención entra en vigencia porque fue firmada por Gran Bretaña y EEUU, no importa que Irak no la haya ratificado", y añade "la ley vigente en Irak es la de las fuerzas ocupantes, EEUU y Gran Bretaña, que deben también responsabilizarse de lo que suceda allí".

Largas penas de prisión

Rainer Hofmann, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Kiel, explica la situación jurídica vigente: "En general se dice que el derecho internacional prohíbe la tortura". La dificultad radica en definir qué prisionero es también un prisionero de guerra. Según Hofmann "en el caso de Irak se trata de prisioneros de guerra". El profesor también juzga claramente el proceder de soldados estadounidenses contra presos iraquíes: "Jurídicamente se trata, sin lugar a dudas, de tortura", dijo Hofmann a la Deutsche Welle.

Desde la guerra de Afganistán, Estados Unidos trata de moverse al borde de la legalidad. Fue así que se clasificó los prisioneros afganos en Guantánamo como "combatientes ilegales". Pero tampoco esta calificación permite violar las convenciones internacionales, ya que "quien no es combatiente es, por ende, civil", explica Hofman, y concluye "ni un civil, ni un prisionero de guerra puede ser torturado". Lo cual implica que los soldados estadounidenses, responsables de las torturas, deberían ser juzgados ante un tribunal militar. Un proceso que deje en evidencia la culpa de los acusados redundaría en "largas penas de prisión para los culpables", afirma Hofmann.