De población musulmana, pero también con presencia de cristianos maronitas, Líbano es un país tradicionalmente abierto al mundo. Su capital, Beirut, es una ciudad cosmopolita y pujante, cuando la violencia lo permite.
Sacudido durante décadas por la inestabilidad política y una guerra civil que devastó al país entre 1975 y 1990, el Líbano se ve actualmente afectado también por el conflicto sirio, en el que las milicias de Hezbollah han intervenido en respaldo del régimen de Bashar al Assad.