El sacerdote chileno Fernando Karadima fue suspendido de por vida por la justicia vaticana en 2010, tras desvelarse que abusó sexualmente de niños y jóvenes cuando era el titular de la parroquia "El Bosque".
En 2011, la Santa Sede rechazó la última apelación de Fernando Karadima, confirmando su culpabilidad en casos de pedofilia y efebofilia.