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PolíticaJapón

Japón afronta una crisis fiscal "sin precedentes"

23 de enero de 2023

El país, que se ve inmerso también en el entorno de seguridad más complicado desde el final de la Segunda Guerra Mundial, mantiene una deuda pública de más del 260 % del PIB, la mitad en manos del Banco Central.

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 Fumio Kishida en el estrado del Parlamento japonés.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, durante el discurso de apertura de la temporada de sesiones parlamentarias.Imagen: YUICHI YAMAZAKI/AFP/Getty Images

El ministro japonés de Finanzas, Shunichi Suzuki, advirtió este lunes (23.01.2023) del deterioro "sin precedentes" que padece la salud fiscal del país, cuya elevada deuda pública se ha visto agravada por la pandemia y por la inflación global. Suzuki destacó en este contexto "la necesidad de garantizar el espacio fiscal suficiente para evitar que la credibilidad del país y el bienestar de sus ciudadanos se vean socavados", durante su intervención en la primera sesión parlamentaria del año en Japón.

El endeudamiento público de Japón es el mayor entre los países del G7 (Grupo de los siete países más desarrollados) y se situó en 2021 en un 262,5 % de su PIB, según datos del Fondo Monetario Internacional. La mayor parte de los bonos de deuda pública de Japón están en manos del banco central del país, que posee más de un 51 % de los mismos.

"Tras emprender acciones para lidiar con la pandemia de coronavirus y acordar presupuestos suplementarios, afrontamos una situación fiscal de gravedad creciente a un nivel sin precedentes", señaló el titular de Finanzas sobre la presión que sufren las arcas públicas niponas. Suzuki, no obstante, señaló que la política del Gobierno que lidera Fumio Kishida se centra en promover la revitalización económica robusta antes de acometer un ajuste fiscal.

Nueva política de rearme

El propio Kishida, en el discurso de apertura de la sesión, admitió que Japón se enfrenta al entorno de seguridad más complicado en la región desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El jefe del gobierno se comprometió a impulsar un rearme militar bajo la nueva estrategia de seguridad recientemente adoptada, así como a adoptar políticas para impulsar la natalidad.

El gobierno de Kishidaadoptó en diciembre reformas clave en su política de Seguridad y Defensa, que incluyen el desarrollo de unas capacidades de contraataque que rompen con el principio mantenido desde la posguerra de mantenerlas exclusivamente para la autodefensa del país. Japón dice que el despliegue actual de interceptores de misiles es insuficiente para defenderse del rápido avance de armas en China y Corea del Norte.

En su discurso de apertura de la sesión parlamentaria de este año, Kishida dijo que se debe priorizar la diplomacia activa, pero que se requiere "poder de defensa para respaldarla". Dijo que la nueva estrategia de seguridad de Japón se basa en una simulación realista "mientras enfrentamos el entorno de seguridad más severo y complejo desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la pregunta de si podemos proteger la vida de las personas en una emergencia".

El Ejecutivo prevé aprobar un presupuesto récord de 114.380 billones de yenes (806.000 millones de euros) para el próximo ejercicio fiscal, que comenzará en abril, y que incluye partidas adicionales para mitigar el coste creciente de las materias primas y la energía para particulares y empresas. El presupuesto también incluye un incremento del gasto militar, que Japón tiene previsto situar en torno al 2 % del producto interior bruto (PIB) en el próximo lustro, al nivel de los países de la OTAN.

lgc (efe/ap)