Latinoamérica competitiva
9 de septiembre de 2011
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El Reporte de Competitividad Global 2011-2012 del Foro Económico Mundial –publicado este miércoles (7.9.2011), basado en entrevistas hechas a 13.000 empresarios y complementado con datos proveídos por instancias estatales–, secunda a los expertos que desde principios de año vienen describiendo el período 2010-2020 como “la década latinoamericana”; una apreciación fundamentada, sobre todo, en la rapidez con que el subcontinente consiguió recuperarse de la crisis global.
En él se le augura un decenio prometedor a América Latina y se sostiene que esta región puede llegar a desbancar a Asia prontamente como el área más dinámica del mundo en términos de crecimiento económico.
Las fortalezas de una región en ascenso
En su análisis diferenciado sobre la capacidad de unos Estados para crecer más rápidamente que otros, el informe en cuestión enfatiza que mientras la competitividad de las economías sólidamente establecidas no se ha incrementado en el curso de los últimos siete años, ésta ha aumentado considerablemente en los mercados emergentes, haciendo de su crecimiento económico una tendencia que es eco de otros contrastes entre los países industrializados y los emergentes.
El desempeño asiático sigue superando al latinoamericano
La actividad económica y comercial ha perdido impulso en los países industrializados, pero ha ganado intensidad en los emergentes, explica el reporte, subrayando que el área en la que América Latina tiene mayor potencial de desarrollo es la de la innovación. Sin embargo, América Latina todavía no ha logrado superar la competitividad de Asia. El país asiático más sobresaliente, Singapur, está en el segundo lugar del ranking de 143 posiciones, mientras que los latinoamericanos mejor ubicados en la lista son Chile, en el puesto 31, y Brasil, en el 53.
El reporte del Foro Económico Mundial, organizadores del encuentro de Davos, apunta a que los retos por superar en Latinoamérica están relacionados con la poca productividad de los recursos humanos, la debilidad de las estructuras institucionales, deficiencias infraestructurales y la persistente percepción de inseguridad en la región. Los países latinoamericanos cuyas posiciones han descendido en el ranking son casi todos centroamericanos. Costa Rica, por ejemplo, afligida por una excesiva burocracia y un sector privado anémico, bajó del puesto 61 al 56. Panamá, golpeado por deficiencias judiciales y educativas, bajó del 53 al 49.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Pablo Kummetz
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