La trampa migratoria a los venezolanos en México

 "Puedo ir a Migración a delatarte”, fue la amenaza que recibió Lucía (nombre ficticio) del supuesto abogado que la estafó. Esta venezolana de 27 años llevaba varios meses en Ciudad de México cuando empezó a buscar la forma de tramitar la visa para su novio, instalado en Colombia tras abandonar su país debido a la asfixiante crisis económica.

Por medio del conocido de una conocida les recomendaron un ‘abogado' que ofrecía sus servicios para obtener la tarjeta de residencia temporal. Les pidió por adelantado la mitad del total de 25.000 pesos mexicanos (unos 1.300 dólares) para un trámite que cuesta legalmente unos 200 dólares. El novio de Lucía no disponía de una carta del empleador para entrar al país ni de una oferta de empleo para solicitar su visa, por lo que optaron por la vía fraudulenta para cumplir esos requisitos.

"Por Facebook averigüé que sí era abogado y quedamos en un centro comercial. A los tres días volvimos a vernos y vino con su ‘asistente'. Le dimos los 650 dólares en efectivo y la documentación que pedía”, relata Lucía a Deutsche Welle sobre sus únicos dos encuentros en mayo del pasado año con el ‘abogado', quien ingresó el trámite en el Instituto Nacional de Migración (INM). Durante varias semanas la mujer insistió para que le entregara el número de referencia de la solicitud. En ese tiempo a su novio se le vencieron los seis meses de estancia legal en México como turista y el ‘abogado' les aconsejó que regresase a Bogotá a la espera de la resolución.

Dos meses después Lucía descubrió que el trámite fue negado por inexistencia de la empresa que hizo el ‘contrato falso'. "Desde entonces perseguí al abogado pero nunca me daba solución, hasta que en diciembre me amenazó con acudir a las autoridades –cuenta–. No denuncié porque tiene nuestros datos, fotocopia del pasaporte y me da miedo”. Nunca recuperó el dinero al igual que otras tres víctimas del mismo estafador. Cuando su novio trató de entrar de nuevo al país, lo expulsaron en el aeropuerto porque ya tenía una alerta migratoria por haberle negado la visa. "Nos arruinó los planes, porque él jamás debería haber salido del país, nos lo dijo para quitarlo de en medio”, se lamenta la joven.

Unos 1.500 dólares por contrato ficticio

La desesperación induce a muchos venezolanos recién llegados a México a escoger costosos canales fraudulentos para regularizar su estancia. Su situación de vulnerabilidad como migrantes los hace caer en engaños y extorsiones de falsos gestores que se aprovechan de esa necesidad. "Al día suceden cientos de esos casos y va a empeorar cuanto aumente el flujo de llegada”, asegura a DW la presidenta de la Asociación de Venezolanos en México, Farida Acevedo, quien añade que "en muchos casos les ofrecen trabajos y tramitar su visa y cuando llevan un tiempo trabajando sin cobrar se dan cuenta de que la empresa nunca inició ningún trámite”.

DW averiguó que hay despachos de abogados que ofrecen ‘contrataciones ficticias' para tramitar visas y cobran tarifas que varían entre los 1.300 y 2.000 dólares.

Los desorbitados costos se suman a los también sustanciosos sobornos que deben pagar a funcionarios en Venezuela para obtener el pasaporte. Varios testimonios aseguran a DW que dichos pagos pueden oscilar entre los 500 y 1.000 dólares según la gestión. Una cantidad quimérica para la raquítica economía del país.

Cada vez más optan por solicitar refugio

Aun así, el éxodo a México va en aumento. En 2017, obtuvieron tarjeta de residentes 5.906 venezolanos, el segundo país por detrás de Estados Unidos y el primero en extensión de permisos, 6.307, un 11'62% del total. A mediados del presente año ya se entregaron 3.514 residencias a venezolanos, por lo que la tendencia indica que se superará la cifra del año anterior.

Ante las trabas y elevados costes con los que se encuentran los migrantes que no cuentan con una oferta de empleo previa, cada vez más optan por solicitar la residencia permanente por reconocimiento de refugio. El pasado año 4.042 venezolanos pidieron refugio en México mientras que en 2016 sólo fueron 361, un incremento de más del 1000%, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

Pese a la demora en el proceso el índice de aprobación es muy elevado. Por ello este camino se recomienda como el más fácil en las redes sociales, donde la mayoría de recién llegados tratan de resolver sus dudas. En los mismos grupos de Facebook a menudo se denuncian perfiles falsos de estafadores y a la par arrecian las ofertas de servicios de supuestos ‘gestores migratorios'. Un fraudulento y lucrativo negocio a costa de la angustia de los venezolanos que huyen de su país.

Aitor Sáez, desde Ciudad de México (ER)

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