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ESMA: ¿sitio de la verdad o patrimonio de la humanidad?

Mirra Banchón
21 de abril de 2021

La campaña por el reconocimiento de la UNESCO del famoso centro de detención y desaparición argentino ha llegado a Bruselas. ¿Un lugar del horror como patrimonio de la humanidad?

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Argentinien, Buenos Aires: Escuela Superior de Mecánica de la Armada
Imagen: Ruth Fuchs/dpa/picture alliance

No son muchos. La historia de ninguno de esos lugares deja impasible a nadie. En Europa son dos: el campo de concentración Auschwitz-Birkenau en Polonia y el Puente Viejo en Móstar. Patrimonio de la Humanidad desde 1979, el primero; desde el 2005, el segundo.

Campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
Campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.Imagen: picture-alliance/Schoening

Al complejo de Ausschwitz, con varios campos de concentración y exterminio, fueron enviadas cerca de un millón trescientas mil personas, de las cuales un millón fue exterminado entre el 1940 y el 1945 por la Alemania nazi. Las bombas croatas en 1993 destruyeron el Puente Viejo de Móstar, suponiendo el fin de varios siglos de convivencia entre comunidades musulmanas y católicas.

Secuestrados, encapuchados, arrojados al mar

Ahora, el espacio de memoria de la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Argentina quiere integrar la apretada lista de estos lugares patrimoniales de la humanidad. Entre el 1976 y el 1983, cinco mil personas estuvieron detenidas ahí, fueron torturadas y finalmente muchas fueron arrojadas vivas al mar.

Unos quinientos bebés desaparecieron. En esta campaña, que empezó en el 2015, se hace hincapié en que el reconocimiento de la UNESCO sería acabar por reconocer oficialmente que en Argentina hubo terrorismo de Estado, crímenes de lesa humanidad: la memoria como un medio para lograr la justicia y la no repetición.

El Puente Viejo de Móstar
El Puente Viejo de Móstar.Imagen: DW/D. Dedovic

"Ha sido tan grave y terrible lo que ha ocurrido en la ESMA  durante la dictadura argentina, que lo que hay que hacer es mostrar al mundo que esto cambia. Pero esto no puede ser Patrimonio de la Humanidad”, dice a DW Josep-María Terricabras, filósofo y catedrático catalán. "Entiendo sí que quieran cambiarlo en un espacio del "nunca más”, ¿pero cómo puede ser patrimonio lo de Videla y compañía?”, plantea.

El que lugares como Hiroshima (1996) o la ruta de la esclavitud desde la isla de Gorée en Senegal hasta el Brasil (1978) sean legados para las generaciones por venir está exento de polémica. Sin embargo, Terricabras cuestiona: "Si no distinguimos entre términos es terrible. ¿Qué quiere decir, entonces, la palabra patrimonio? ¿Puede ser lo mismo un espacio que que ha producido belleza y riqueza a los habitantes de la Tierra que aquellos del tránsito por el dolor y la pena?”

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"Valor universal único"

Efectivamente, la definición es ajustada. De un "valor universal único” habla la UNESCO, la lista no alcanza la decena. En 2012, por ejemplo, desde el Estado alemán de Turingia se hizo una fuerte campaña para que el campo de concentración de Buchenwald fuera declarado Patrimonio de la Humanidad. Si Auschwitz-Birkenau había recibido el sello de la UNESCO como de advertencia contra el totalitarismo para las nuevas generaciones, ¿por qué no ponerlo también en el campo de concentración cercano a la histórica ciudad de Weimar?

En Buchenwald estuvieron presas unas 250.000 personas de toda Europea. Aunque no contaba con cámaras de gas, los trabajos forzados, los experimentos médicos, el hambre y los fusilamientos se llevaron la vida de unas 56.000. Hasta la reunificación alemana, el campo de Buchenwald fue sitio de memoria histórica en la ex República Democrática Alemana. "No son los crímenes los que pertenecen al legado de la humanidad, sino el hecho de que hubo quien se opuso”, se explicaba en la campaña por Buchenwald, recordando que escritores como Ulie Wiesel y Jorge Semprún estuvieron entre sus reclusos.

Espacio de verdad

Según los que favorecen la moción, en ese sentido iría también el reconocimiento de la ESMA. La protesta de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo exigiendo saber el paradero de sus hijos y nietos fue lo que llamó la atención internacional sobre los miles de desaparecidos.

Campo de concentración de Buchenwald, cerca de Weimar
Campo de concentración de Buchenwald, cerca de Weimar.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gentzel

"El restablecimiento de la verdad es de lo más importante que hay. Los actos de reivindicación como los de las mujeres argentinas sí que hay que reconocerlos como un valor fantástico de la humanidad”, apunta Terricabras, dignificando la búsqueda de los desaparecidos y de los bebés robados.

Catedrático de la Universidad de Gerona y ex eurodiputado de la bancada de los Verdes/ALE, Terricabras integró una comisión de investigación de los bebés robados en España, durante los años cuarenta de la dictadura franquista hasta 1996, cuando se registró un último caso.

Josep-María Terricabras, catedrático y filósofo catalán, ex eurodiputado
Josep-María Terricabras, catedrático y filósofo catalán, ex eurodiputado.Imagen: EP

Se calcula que unos 300.000 niños fueron sustraídos a sus madres, por lo general republicanas y de escasos recursos. "Es un escándalo mayúsculo. En Argentina fueron solamente siete años, y pudieron hacer menos daño. Por otro lado, Argentina se ha preocupado por tener una importante base de datos de ADN. Eso en España no existe: se facilita que los que buscan se hagan pruebas de ADN, pero tienen que costeárselas por sí mismos”, subraya.

En ese sentido, ¿la ESMA sí sería un símbolo para la humanidad? En cualquier caso, desde las instituciones de la Unión Europea se prevé apoyo. "Que se convierta en símbolo de la protesta, la lucha por la justicia y la verdad. Pero, patrimonio de la humanidad no, lo que ha sucedido en la ESMA es algo horribe”, concluye Terricabras.