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Los evangélicos atienden a pobres y marginados, pero también suman cada vez más fieles entre los barrios más ricos de Río de Janeiro. Estos protestantes, seguidores de la Biblia, han adquirido también relevancia política: buscan imponer los valores conservadores en la sociedad. Sin embargo, también hay voces críticas que apuntan a un negocio lucrativo: los fieles tienen que donar el 10% de sus ingresos a los evangélicos.
Un reportaje de Bianca Kopsch.