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¿Cómo proceder con el régimen talibán?

Matthias von Hein
18 de agosto de 2021

El movimiento talibán tiene nuevamente las riendas del poder en Afganistán y la comunidad internacional se ve confrontada con una nueva realidad.

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Afghanistan I Die Führung der Taliban
Imagen: Sefa Karacan/AA/picture alliance

El 19 de agosto es el día de la independencia de Afganistán. Casi nadie habría imaginado que los talibanes estarían este día de fiesta nacional de nuevo en el palacio presidencial de Kabul. Quizás ni siquiera ellos mismos. Y se plantea ahora un dilema: ¿qué hacer cuando los terroristas de ayer son los gobernantes de hoy?

Occidente tiene intereses en Afganistán. También Alemania. ¿Por qué si no habría de haberse involucrado durante dos décadas en ese país, en el terreno militar, humanitario y de política de desarrollo? Aun cuando el presidente Ashraf Ghani haya huido, esos intereses naturalmente persisten. Sobre todo, el interés de que haya estabilidad y el país no vuelva a ser refugio de terroristas que operan a escala internacional. El hecho de que los talibanes hayan conquistado el poder también mediante ataques terroristas no facilita las cosas.

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, ya había advertido la semana pasada: ”Si los talibanes erigen un califato, se aislarán internacionalmente, no habrá reconocimiento internacional y se pondría fin a los programas internacionales de ayuda”.

El ministro de RR.EE. alemán, Heiko Maas.
El ministro de RR.EE. alemán, Heiko Maas.Imagen: Jens Krick/Flashpic/picture alliance

Afganistán era hasta ahora el principal receptor de ayuda alemana al desarrollo. Esta fue ahora suspendida. Para 2021 estaba prevista una partida de 250 millones de euros, pero aún no se ha entregado ni un centavo.

¿Aceptar el régimen talibán?

El experto en Afganistán Markus Keim, de la Fundación Ciencia y Política (SWP), considera que tarde o temprano habrá que aceptar que gobiernan los talibanes y habrá que hablar con ellos. Piensa que la reacción de Maas y otros de negarles el reconocimiento y el dinero es comprensible, "pero no es una estrategia para una región de importancia geopolítica”.

También el parlamentario socialdemócrata Aydan Özoguz ha abogado reiteradamente en el Bundestag por mantener contacto: "A largo plazo, los talibanes no podrán lograr mucho en completo aislamiento. Están supeditados a la ayuda económica y humanitaria. Pero la situación actual es confusa y muy preocupante. En principio, abogamos por un diálogo político con Afganistán. Pero tendremos que esperar a ver si Afganistán cuenta con estructuras ordenadas y con un gobierno que tenga la capacidad y la voluntad de dialogar”.

Necesidad de ayuda

El tiempo apremia: la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) calcula que cerca de la mitad de los aproximadamente 40 millones de habitantes de Afganistán requerirán este año ayuda humanitaria; casi el doble que en 2020.

La ayuda humanitaria no está condicionada a la situación política de país, subraya Winfried Nachtwei, en conversación con DW. El político de Los Verdes y experto en seguridad indica que "no puede corresponder a los intereses europeos y alemanes que la catastrófica situación humanitaria se agrave aún más en Afganistán”.

La forma de actuar con Kabul dependerá, según Nachtwei, sobre todo de si, aparte del grupo talibán, habrá también "otras fuerzas representadas en el gobierno”. El mulá Omar, subjefe talibán, anunció "un gobierno islámico abierto e inclusivo”, insinuando que también podrían incorporarse otros sectores. Y el portavoz talibán Mohammed Naim declaró que no quieren "un país aislado”.

Señales internacionales

Algunos países ya han dado señas de favorecer el entendimiento. China reaccionó con inusual rapidez al cambio de mando en Kabul,declarando: "Respetamos la decisión del pueblo afgano”.

El dirigente talibán Abdul Ghani Baradar y el ministro de RR.EE. chino, Wang Yi.
El dirigente talibán Abdul Ghani Baradar y el ministro de RR.EE. chino, Wang Yi.Imagen: Li Ran/Xinhua/AP/picture alliance

Hace ya dos semanas, el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, recibió a una delegación talibán en Tianjin, no lejos de Pekín. Los visitantes agradecieron prometiendo no inmiscuirse en los asuntos de China. En otras palabras, eso querría decir que no respaldarán a extremistas islámicos en la provincia de Xinjiang.

Turquía, por su parte, señaló a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, que las declaraciones de los islamistas desde que tomaron el poder han sido positivas. Agregó que su país está en conversaciones con todos los sectores afganos.

En Europa, Gran Bretaña pide relaciones pragmáticas con los nuevos gobernantes afganos. El ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, afirmó que hay que enfrentar la realidad y que se trata de ejercer una influencia positiva en el "nuevo régimen”.

Los próximos días serán decisivos en Afganistán y demostrarán si el régimen talibán cumple sus promesas, sobre todo en lo tocante a los derechos humanos y los derechos de las mujeres.

(er/ms)