Cátedra checa de fútbol para Estados Unidos
12 de junio de 2006
Un conjunto checo que gustó tanto como defraudó el norteamericano, que pese a fiarse de su 'colonia en Europa' (8 de los 11) sigue sumando por derrotas sus partidos mundialistas en tierras europeas, que con el de hoy ante la República Checa ya son ocho de ocho.
La República Checa, pese a vivir su primer mundial como tal y faltar en una fase final desde 'Italia 90', donde estuvo como Checoslovaquia, se mostró muy superior y más curtido que unos Estados Unidos que no mostraron nada positivo.
Su auténtico líder y motor es Nedved, 'Balón de Oro' europeo. Sabe estar próximo a la retirada (la podría adelantar si su club, el Juventus Turín, desciende de categoría por presunto fraude deportivo) y por eso echó más ganas que ninguno.
El destacadísimo Koller
Checoslovaquia tiene al gigante Koller, peleón, atosiga a las defensas y de cabeza es letal. Koller, apenas cumplido el minuto cinco de partido, empezó a amargar la noche a Estados Unidos. Utilizó su veteranía en el desmarque y su altura para machacar de cabeza tras un excelente centro desde la derecha de Grygera.
El 'gigantón' checo se tuvo que retirar cerca del descanso por una lesión en la parte posterior del muslo izquierdo, que parece grave. Un duro golpe pues se había recuperado para el mundial de una grave lesión que le tuvo muchos meses sin jugar.
La jugada le pudo salir mal al conjunto europeo, pues la estrella estadounidense, Reyna, pudo igualar en un lejano disparo que se estrelló en la cepa del poste izquierdo (m.27). Pero, la ley del fútbol castigó a los norteamericanos: a gol no anotado, gol encajado.
Fallida estrategia "gringa"
Apenas nueve minutos después, tras una ocasión desaprovechada por Nedved, Rosicky agarró desde una treintena de metros un rechace defensivo rival y batió por segunda vez a un Keller que poco pudo hacer. Un gran gol.
Rosicky, que hace pocas semanas se le escapó al Atlético de Madrid, iniciaba un 'show' personal que evidenció sus excelencias. El 0-2 dejó ya muy tocado al combinado norteamericano, que no podía parar a Nedved, pese a ponerle a Mastroeni, y que veía a su estrella Reyna tocando pero no creando.
En el descanso, el técnico estadounidense Bruce Arena cambió su cauto esquema (4-1-4-1), que no le había dado precisamente buen resultado, y metió un segunda punta como Johnson y un centrocampista más creativo como O'Brien.
De poco sirvió. Los checos pudieron anotar en varias ocasiones. Y lo hicieron en una escapada de Rosicky que trajo el 0-3.