Brasil: ¿qué proponen los candidatos sobre seguridad?
2 de octubre de 2022La seguridad pública es una de las principales preocupaciones de los brasileños, junto con salud y economía. Durante el gobierno de Bolsonaro, eso se convirtió en sinónimo de civiles armados y proliferación de clubes de tiro. La campaña del presidente atribuye a esta política la caída en la tasa de homicidios (en 2021, la menor desde 2007, con 41.000 muertos), pues "la fuerza disuasoria de las armas" contribuiría "a la pacificación social y la preservación de la vida", según el programa de gobierno del ultraderechista.
Esa idea, sin embargo, es rechazada por siete de cada diez brasileños, según un sondeo del Instituto Datafolha. Además, los expertos atribuyen la caída de los homicidios a otros factores: criminales más profesionales, el trabajo de los gobiernos estadales, inversión en seguridad y apaciguamiento de los conflictos entre pandillas. Y pese a todo, Brasil sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo: ocupa el octavo puesto en un ranking de 102 países, según el Foro Brasileño de Seguridad Pública.
La directora del Instituto da Paz, Carolina Ricardo, enumera tres grandes desafíos que tendrá en nuevo gobierno en esta área: control de armas, lucha contra los homicidios -que deben ser mejor investigados y prevenidos- y mayor profesionalización de las fuerzas de seguridad. "El tema de las armas es difícil porque quienes defienden la posesión no son mayoría, pero son muy ruidosos", dice Ricardo.
Acá les mostramos qué proponen los principales candidatos sobre distintas materias relacionadas con la seguridad.
Posesión de armas
La campaña de Bolsonaro redobla la apuesta y promete fortalecer las leyes que aseguren el acceso a armas. Portarlas, dice el programa de gobierno, es un asunto "de libertad para la defensa de los derechos" y una solución para la violencia, además de un "importante instrumento de práctica deportiva y cultural". Durante su mandato, el número de registro de armas, solo en el apartado "cazador, tirador y coleccionista", aumentó un 474 por ciento. Y la flexibilización de los requisitos hace suponer que no todos quienes adquirieron armas son cazadores, tiradores o coleccionistas.
El programa de gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en tanto, no hace mención alguna a las armas de fuego. En la propaganda electoral, sin embargo, se usa el lema "menos armas, más libros". En el pasado, el candidato del Partido de los Trabajadores dijo que pretendía revisar los decretos sobre el tema aprobados por Bolsonaro, aunque en un reciente guiño a la agroindustria, dijo que era legítimo que los propietarios rurales tuvieran un arma para defenderse.
Combate al crimen
Todos los candidatos dicen que es necesario mejorar las políticas públicas y afirman que la meta es reducir el número de muertes violentas. Bolsonaro, por ejemplo, menciona un incremento en las detenciones, algo que junto a la posesión de armas servirá para garantizar "el derecho a la propiedad, reduciendo los conflictos en el campo".
Lula, por su parte, aboga por medidas transparentes y participativas "orientadas a la prevención y el uso calificado de la fuerza policial", a la vez que promete combatir el crimen organizado y las milicias. Ciro Gomes, candidato del Partido Democrático Laborista y tercero en las encuestas, en tanto, quiere poner en práctica un Sistema Único de Seguridad Pública y estandarizar los procedimientos.
Delitos ambientales
Bolsonaro promete combatir los delitos nacionales y transnacionales que afecten al medio ambiente con el apoyo del Ejército, además de aumentar la presencia de soldados en las regiones donde ha crecido la criminalidad. También dice que actuará para evitar los incendios, el tráfico de drogas, la deforestación y la minería ilegal. Compromisos similares han asumido Lula y Simone Tebet, candidata del Movimiento Democrático Brasileño, aunque esta última añade la propuesta de "enfrentar el crimen organizado que patrocina la destrucción de la Amazonía".
Violencia contra grupos vulnerables
Gomes propone un acuerdo nacional para enfrentar la violencia contra las mujeres, mientras Lula aboga por la necesidad de revertir el "genocidio y persecución contra los jóvenes negros" y combatir la violencia policial y la intolerancia religiosa. Ambos candidatos prometen, además, prestar especial atención a los femicidios.
Bolsonaro, en tanto, menciona las acciones adoptadas por su gobierno para combatir los asesinatos de mujeres y la violencia contra niños y adolescentes, así como un programa de "protección y defensa de los derechos humanos de los profesionales de la seguridad pública". Tebet, por su parte, quiere destinar más recursos a la lucha contra la violencia doméstica y abrir canales de denuncia para reducirla.
Fuerzas Armadas y Policía: dinero y reestructuración
Bolsonaro quien invertir más dinero en los organismos de seguridad y las Fuerzas Armadas y mejorar los salarios de la tropa, una base electoral importante del mandatario. También quiere ampliar la ley que exime a los agentes del Estado de su responsabilidad por muertes en el marco de sus funciones debido a reacciones provocadas por el "miedo, sorpresa o emoción violenta". Se trata de un proyecto presentado por el presidente al inicio de su mandato, en 2019, y que no ha avanzado en el Congreso. Los críticos señalan que la iniciativa da carta blanca a los agentes para matar.
Lula, en tanto, quiere modernizar las instituciones y adoptar mecanismos de fiscalización y supervisión de la actividad policial. Respecto a las Fuerzas Armadas, su programa señala que "actuarán en defensa del territorio, cumpliendo estrictamente lo estipulado en la Constitución". Gomes desea reestructurar las carreras policiales, mientras que Tebet ofrece mejor preparación y equipos de mayor calidad para los policías.
Drogas: un problema de salud y seguridad
Bolsonaro no ofrece nada específico en esta materia, aparte del compromiso de combatir el narcotráfico y asistir a los adictos, un compromiso que también suscriben los otros candidatos. Lula, por su parte, defiende una "nueva política sobre drogas, intersectorial y focalizada en la reducción de riesgos, prevención y tratamiento", además de reprimir el tráfico por medio de "investigación e inteligencia".
Gomes estima que la política de drogas debe ser rediseñada a partir de una articulación de los ministerios de Salud, Justicia y Asistencia Social. Tebet propone algo parecido, aunque agrega que debe haber más coordinación internacional para combatir el narcotráfico y otros delitos, como la corrupción, el terrorismo y el tráfico de armas. (dzc/rr)