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Acuerdo UE-Cuba: no todo es color de rosa

5 de julio de 2017

La Eurocámara aprobó con amplia mayoría el primer acuerdo de cooperación UE-Cuba. Pero no todo son rosas: a la aprobación se le sumó una resolución que advierte sobre los derechos humanos. Y recuerda viejos tonos.

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Frankreich EU-Parlament in Straßburg
Imagen: picture-alliance/AP Photo/EBS

Con 487 votos a favor, 107 en contra y 79 abstenciones , el Parlamento Europeo, en sesión plenaria, ha aprobado hoy el acuerdo de cooperación y diálogo político en el que se enmarcarán, a partir de hoy, las relaciones entre la UE y Cuba. 

"Ha sido un camino muy conflictivo porque los partidos han puesto en ello lo principal de su ideología”, dijo la eurodiputada española Elena Valenciano, ponente del acuerdo que hará, "que Cuba deje de ser una excepción en América Latina”.

Largo camino

Este acuerdo con Cuba que normaliza, relanza, profundiza y enmarca el intercambio comercial, la cooperación –en migración, energía, cambio climático, seguridad alimentaria, conservación de patrimonio artístico- , y el diálogo –político y también en derechos humanos.

Su camino empezó en 2014 con la luz verde del Consejo Europeo. Se firmó en diciembre de 2016. Y a partir de ahí tuvo que atravesar las comisiones parlamentarias (internacional, comercio, desarrollo, derechos humanos). Este peregrinaje puede semejarse a un campo de batalla, cuando se trata de temas tan sensibles como Cuba: bastión, a defender de unos; bastión,  a tomar, de otros.

Elena Valenciano
Elena Valenciano, ponente del acuerdoImagen: European Union 2017

Nuevo acuerdo, ¿viejo tono?

Así, al acuerdo, más bien pragmático y técnico  se le sumó una resolución. También aprobada hoy por 487 votos a favor, 107 en contra y 79 abstenciones.

Ésta que, aunque no es vinculante, habla de liberación de presos políticos, de libertad de prensa, del derecho a la libre asociación, de libertad de expresión, de apertura hacia la empresa privada habla la resolución. Y recuerda, en su punto 11, que el acuerdo puede ser suspendido en caso de irrespeto a los compromisos adquiridos en cuanto al respeto de los derechos humanos.

El tono recuerda a la "Posición Común” de 1996 que limitó las relaciones con La Habana. La resolución, no legislativa, recoge en mucho la visión  del bloque conservador, mayoritario en la Eurocámara, para quien Cuba siempre ha sido una piedra en el zapato. "Se trata de superar la parálisis de un régimen terminal”, subrayó Luis de Grandes Pascual, eurodiputado español del bloque conservador, impulsor de la ya enterrada posición común y también de los premios Sájarov a la disidencia cubana (Payá 2002, Damas de Blanco, 2005, Fariñas, 2010).

"Nuestro grupo demanda procesos democráticos, libertad al acceso a la información y elecciones libres”, recuerda el eurodiputado subrayando, a nombre de su grupo, que querría en Cuba una "democracia sin apellidos”.

Desde el lado opuesto del espectro politico, el eurodiputado Javier Couso –ponente secundario del acuerdo- aclaró : "Celebramos este acuerdo porque supone el entierro definitivo de la infame Posición Común. Votamos a favor de la recomendación que concede la aprobación de este Acuerdo, pero no haremos lo mismo con la resolución”.  

Hoja de ruta

"Aislar a Cuba nunca fue una buena decisión”, dijo Elena Valenciano quien recomienda fijarse más en el acuerdo que en la resolución, que debe entenderse en clave de la Eurocámara: un compromiso político para lograr la mayoría para el acuerdo de cooperación.

Según Valenciano, más el acuerdo menos  la resolución podría tomarse como una "hoja de ruta” , que puede guiar las relaciones con La Habana. Cabe recordar que cuando se negociaba el acuerdo con Colombia, cuya situación de violación a los derechos humanos batía récords, surgió la idea de la "Hoja de ruta”. La diferencia, fueron Colombia y también Perú, los que elaboraron ese documento, con compromisos no vinculantes.   

Ernest Urtasun
Ernest Urtasun, eurodiputado español del grupo VerdeImagen: European Union 2017

Nadie se engaña

Con la  aprobación de este acuerdo, "pasamos la página con Cuba”, afirma por su parte Ernest Urtasun, eurodiputado español del grupo Verde, otro ponente secundario del informe. Superar la Posición Común,  "torpe, ineficaz y dogmática", es en su opinión imperativo en un nuevo contexto internacional que plantea interrogantes.

Nadie se engaña, a pesar de las divergencias entre La Habana y Bruselas, el vacío que genera ahora Washington representa una oportunidad para la UE de posicionarse geopolíticamente en el Caribe. Y para Cuba buscar nuevos socios es imperativo. Este acercamiento estructurado va a atizar  los vientos de cambio, opinan los más optimistas.

"Hay muchas cosas que quisiéramos cambiar de Cuba, como con muchos otros países con los que mantenemos relaciones. Pero le toca a los cubanos y a las cubanas hacer ese cambio, como lo hicimos los españoles y las españolas, como lo han hecho los polacos.... Lo que a nosotros nos corresponde es dialogar, cooperar desde la defensa de nuestros valores y tratando de entender al otro”, concluye Valenciano.