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Gobierno activo

DW WORLD18 de noviembre de 2008

El otorgamiento de aval a la empresa Opel obliga al Estado alemán a garantizar innovación y puestos de trabajo, opina la prensa este martes.

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Planta de Opel en Rüsselsheim.Imagen: AP

El Tagesspiegel, de Berlín, hace las siguientes consideraciones al respecto: „El Estado, que hoy debe servir directa o indirectamente como provisorio salvador de la industria automotríz, debe ejercer su influencia en las empresas a fin de propiciar la innovación. Sería mejor que lo hiciera en un entorno de reglas claras. Conseguir empleos orientados hacia el futuro no solamente resultará más barato, sino que también implica una responsabilidad social superior a la financiación de los fondos para el paro. Además, mantiene unida a la sociedad. Ésta es una meta natural del Estado.”

Gobierno activo

El Berliner Zeitung coincide: “Es claro que el Estado debe intervenir para salvar a una infinidad de puestos de trabajo, así como a un núcleo de la economía alemana y de la innovación. Pero, a diferencia de lo que ha sucedido con los bancos, el gobierno no debe prescindir de establecer reglas claras, ejerciendo su influencia al mismo tiempo en las políticas de empleo e inversión de Opel. Debe haber garantías en cuanto a la planta laboral y el lugar sede de las fábricas. La crisis no debe motivar abusos que conduzcan a una competencia desleal en materia de salarios.”

Filas interminables

El Kölner Stadt-Anzeiger, de Colonia, expresa lo mismo en términos más contundentes: “No es tarea de los políticos salvar a Opel. No están en posición de intentarlo. En su mundo, los gobernantes se llenan la boca cuando se trata de los grandes, mientras preparan un final subrepticio para la empresa pequeña y mediana. En el fondo, el Estado debe garantizar la competitividad de la industria automovilística alemana. La ayuda superficial no serviría de nada. De otro modo, toda empresa en situación urgente puede seguir el ejemplo. Las filas frente a la cancillería no tendrían fin.”

Costos inimaginables

El Neue Zürcher Zeitung también analiza la situación de la industria del automóvil a nivel mundial: “La canciller Angela Merkel ha reaccionado sin dilación, otorgando garantías que pueden acarrear costos inimaginables si en el futuro otros fabricantes se acogen a planes similares. Si Opel será capaz de sobrevivir a largo plazo sin la presencia de General Motors, es cosa que está por verse. La alternativa sería una adquisición a cargo de otro grupo más fuerte. Y aquí es poco lo que el Estado puede hacer. Desde el punto de vista económico, la empresa no es tan grande como para pronosticar su desplome, aún cuando una parte de sus proveedores, que representan 321.000 empleos, se viera afectada.”