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Libertad de prensaEl Salvador

“El periodismo en Centroamérica es indispensable”

Alba Miriam Amaya
3 de mayo de 2023

El periodismo en la región centroamericana parece estar cada vez más bajo asedio. En ese contexto, el jefe de redacción del periódico digital El Faro recibe el Premio Freedom of Speech 2023 de DW.

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Foto de Óscar Martínez en El Salvador
Óscar Marínez, redactor en jefe de El Faro, de El Salvador.Imagen: Alba Amaya/DW

Ser periodista en El Salvador es cada vez más complicado. En los últimos años, los obstáculos a los que se enfrentan las personas que ejercen periodismo independiente se han multiplicado a niveles que han encendido las alarmas de instituciones como la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).

"Durante los últimos cuatro años, El Salvador ha caminado aceleradamente hacia un modelo de gobierno autocrático en el que derechos que se creían ganados, como la libertad de expresión, son cada vez más vulnerados”, explica a DW Angélica Cárcamo, presidenta de la APES. "En el caso de la prensa, hemos visto cómo ya no son las pandillas los principales agresores. Hoy en día, es el Estado el principal agresor”, agrega Cárcamo, y dice que la APES registró, en 2018, "65 casos contra la prensa, de los cuales más del 80% eran generados por pandillas”, mientras que solo en 2022 "se registraron 125, más del 80% generados por funcionarios del Estado”.

"Hemos visto cómo el presidente de la República mantiene un discurso constante de descrédito y estigmatización contra la prensa. Cómo más de una veintena de colegas fueron afectados con Pegasus sin que la Fiscalía dé indicios de qué institución promovió esa ilegalidad -el software solo se vende a Estados-; a ello se suman las reformas legales que criminalizan a la prensa, como las reformas en el marco del régimen de excepción, lo que llevó a la APES a movilizar a 11 periodistas de forma preventiva del país. En 2023, las vulneraciones ya pasan de 50 y vemos un aumento de la censura”, añade Cárcamo.

En ese contexto, el trabajo de El Farose ha mantenido. El periódico digital, conocido internacionalmente por sus trabajos investigativos en la región, ha sido uno de los blancos de los ataques a la prensa salvadoreña, lo que llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a otorgar medidas cautelares a su personal en 2022.

En Centroamérica, "los obstáculos son desde difamaciones que provienen de funcionarios públicos y empresarios, pasando por acusaciones espurias que pretenden encarcelar o enjuiciar a periodistas, hasta auditorías maliciosas con el objetivo de destruir medios de comunicación; espionaje obsesivo con programas como Pegasus; encarcelamiento de periodistas; exilio de periodistas; amenazas físicas y hasta amenazas a la vida. Son todo un cúmulo de problemas, de amenazas, que el periodismo en esta región actualmente enfrenta”, declara a DW Óscar Martínez, una de las personas que se aferran a ejercer el periodismo en El Salvador y ganador del Premio Freedom of Speech 2023 de DW.

 

Óscar Martínez, el periodista

"Allá por 2008, recuerdo que Óscar quería hacer crónicas de migración. Se tomó el trabajo muy en serio y fue uno de los primeros grandes proyectos periodísticos de El Faro. La idea principal era ir al terreno y permanecer allí para contar el recorrido. Hacerlo con tiempo, con una mirada distinta y con la intención de convertirse en un verdadero experto en el tema”, cuenta a DW Sergio Arauz. "El trabajo de Óscar en lo que se llamaba En el camino, luego se convirtió en el libro Los migrantes que no importan, crónicas que escribió durante un año y medio, recorriendo las rutas, subiéndose a los trenes, hablando con la gente”, agrega el subjefe de redacción de El Faro.

"Creo que Óscar ya es un referente de habla española en el periodismo, no solo por sus libros, también por su trabajo cotidiano en El Faro. Si lees el último libro, entenderás de lo que estoy hablando. Es un tratado de periodismo muy importante para todas aquellas personas que quieran entender el oficio del periodista”, asegura Arauz.

Martínez es actualmente el jefe de redacción de El Faro. Es autor de los libros de crónicas Los migrantes que no importan (2021), Una historia de violencia (2017) y Los muertos y el periodista (2021). Además, es coautor del libro de crónicas Jonathan no tiene tatuajes (2010), Crónicas negras, desde una región que no cuenta (2013), Los Malos (2015), Crónicas desde la región más violenta (2019) y El Niño de Hollywood (2018).

El periodista salvadoreño, nacido en 1983, ha recibido galardones como el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, en México, en 2008; el Premio Nacional de Derechos Humanos de la Universidad José Simeón Cañas de El Salvador; el Hillman Prize en 2018, el Premio Rey de España, en 2019, y el Premio Gabo a la mejor cobertura, en 2021. Además es miembro del equipo que ganó el primer lugar del Premio de Periodismo de Investigación del Instituto de Prensa y Sociedad en 2013. En 2016, recibió el Premio Maria Moors Cabot, entregado por la Universidad de Columbia, y el Premio Internacional a la Libertad de Prensa, entregado por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).

Martínez, a quien se otorgó el galardón el 3 de mayo cuando DW cumple 70 años, dice querer recibir el Premio Freedom of Speech 2023 "en nombre de todo el valiente periodismo centroamericano".

"Quiero mandarles un mensaje: no se detengan. Lo que ustedes hacen es importante y es más importante ahora que antes, aunque sea cuesta arriba. Y quiero enviarle un mensaje también a mi equipo, a la gente de El Faro: yo sé lo que han hecho, yo sé lo que les ha costado, sé lo que han dejado, sé lo que les ha implicado familiarmente y quiero decirles que es un enorme honor vivir estos tiempos oscuros haciendo nuestro trabajo a la par de ustedes. Yo me siento profundamente orgulloso de haber trabajado y aprendido de un equipo como ustedes”, afirma.

Para Cárcamo, "que el Premio DW Freedom of Speech 2023 quede en El Salvador es reconocer la valentía de periodistas que cada día deciden hacer su trabajo a sabiendas que sus publicaciones pueden tener un impacto negativo en sus vidas. También, es reconocer a un medio con la trayectoria de El Faro, que se ha dedicado a documentar la corrupción y las irregularidades del poder político que cada vez es más opaco y que busca a toda costa erradicar el derecho de la ciudadanía a estar debidamente informada. El premio también es un llamado para el Estado salvadoreño, que se niega a reconocer la importancia del periodismo libre e independiente como una herramienta de fiscalización. Seguir criminalizando refuerza la corrupción que están generando. Es valioso que este premio venga en el marco de este contexto y que no se espere a que un periodista sea encarcelado o asesinado para reconocer la importancia de su labor para la ciudadanía”.

"Yo creo que el periodismo tiene que seguir iluminando las esquinas oscuras que al poder le interesa mantener, ahí mismo, en la oscuridad. Creo que el periodismo tiene que seguir contando las historias que el poder no quiere que se sepan, pero también creo que el periodismo, ante tanto acoso, tiene un enorme reto: sobrevivir. Estamos bajo acoso, quieren que desaparezcamos, no quieren que hagamos lo que hacemos. Tenemos que anticiparnos al siguiente ataque y tenemos que mantenernos en pie porque el periodismo ahora, en Centroamérica, es indispensable”, sostiene Martínez.