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Volar, un placer cada vez más caro

Jonas Martiny
21 de junio de 2023

La época de billetes de avión baratos parece haber terminado. Los costes medioambientales cada vez juegan un papel más relevante, mientras las aerolíneas siguen aumentando precios.

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Un turista de pie en un aeropuerto frente a una pista de aterrizaje.
La demanda de transporte aéreo en Europa ha aumentado desde la normalización de los viajes tras la pandemia, pero no la oferta de vuelos.Imagen: La Nacion/ZUMAPRESS/picture alliance

Volar por el mismo precio que costaría un viaje en taxi: esos días ya han quedado atrás. Según datos de la Oficina Federal de Estadística de Alemania, el retorno a precios previos a la pandemia de COVID-19 no parece que vaya a vislumbrarse en muchos lugares. En abril, por ejemplo, el precio medio de un vuelo internacional fue un 33,5% más elevado respecto al mismo mes del año anterior. 

Mucha demanda y poca oferta

"Actualmente estamos experimentando aumentos de costes muy elevados, impulsados en particular por los altos precios del combustible y la energía, algo que afecta a las compañías aéreas, los aeropuertos, las empresas de mantenimiento y los proveedores de servicios", afirma el experto en aviación Cord Schellenberg.

Por otro lado, mientras que la demanda de transporte aéreo en Europa ha aumentado desde la normalización de los viajes tras la pandemia, no lo han hecho los vuelos ofertados, que aún no han recuperado el nivel de 2019, dice Schellenberg. "Así que la alta demanda se une a la escasa oferta".

Según cifras de la Asociación Alemana de Transporte Aéreo (BDL, por sus siglas en alemán), la oferta de tráfico aéreo en el país alcanzó en 2022 el 70% del nivel que consiguió en 2019, el año previo al coronavirus. "Esto significa que aquí la recuperación es más lenta que en otros países europeos, donde la oferta de aerolíneas en 2022 ya se situó en el 84% respecto al 2019", señala el BDL en su último informe sobre el sector. En el verano de 2023, se prevé que la oferta en toda Europa ascienda al 95%, y en Alemania al 85%.

Los vuelos en verano, un 20% más caros

El portal de comparación en línea Idealo informó de subidas en los precios de los billetes de avión de este verano de más del 20% en comparación con el año pasado. "Actualmente, los pasajeros están dispuestos a pagar precios más altos", afirma Schellenberg. "Queda por ver si se debe a un efecto de recuperación -por fin se vuelve a viajar- o a un cambio general de actitud -viajar en avión cuesta más, porque antes era demasiado barato-".

Una cola de pasajeros esperan a subir al avión de la compañía WizzAir.
Este verano los precios de billetes de avión se prevé que aumenten un 20%.Imagen: Micha Korb/pressefoto_korb/picture alliance

Christoph Brützel, profesor de gestión del tráfico aéreo en la Universidad Internacional de Ciencias Aplicadas de Bad Honnef, espera que los precios bajen, al menos transitoriamente. La inflación generalizada y el precio de los combustibles no son determinantes, a su juicio, sino las capacidades que disponen las compañías aéreas y que ahora vuelven a aumentar gradualmente. La feroz competencia del sector volverá a provocar un exceso de oferta en muchos lugares.

Se acabaron las gangas de diez euros

Hay muchos indicios de que no se va a volver a los precios de antes de 2019. El consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, admitió recientemente que la época con billetes a diez euros había terminado. El precio medio del billete en esta aerolínea subirá de 40 a 50 euros en los próximos años, según declaró a la BBC. La razón principal es el elevado precio del combustible. Esta tendencia también la confirma Harald Zeiss, profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Harz, en Wernigerode, centrado en la investigación de la sostenibilidad en el turismo: "La energía fósil será cada vez más cara", afirma. "Si dependes del queroseno, no tendrás más remedio que trasladar los costes a tus clientes".

Es más, la industria de la aviación está sometida a una presión cada vez mayor para que responda por los daños climáticos que causa. "Los costes medioambientales de volar deberían reflejarse mucho más en las tarifas aéreas", afirma Werner Reh, portavoz del grupo de trabajo de transporte de la organización ecologista BUND. "Una tonelada de CO2 provoca daños climáticos por valor de 180 euros", afirma. El método más sencillo es aplicar un impuesto al queroseno. Un vuelo en clase turista de Alemania a la República Dominicana costaría unos 180 euros más, calcula. Sin embargo, aplicar un impuesto de este tipo a escala internacional sería "extremadamente complejo".

(aa/ers)