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Festival de cine de Hamburgo

4 de octubre de 2009

La edición número 17 del Festival de Cine de Hamburgo finalizó este 3 de octubre. La presencia latina fue muy importante en la sección Vitrina del festival con películas de Chile, Argentina, México, Colombia y Brasil.

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Escena de la película colombiana "La pasión de Gabriel".Imagen: FILM FESTHAMBURG

La comedia alemana Soul Kitchen del renombrado director y guionista de origen turco, Fatih Akim ganó el Art Cinema Award en el Festival de Cine de Hamburgo que se celebra cada año en esta ciudad de Alemania.

Su obra que muestra las diferentes culturas y subculturas que conviven en la ciudad de Hamburgo ya había ganado un premio especial del jurado en el último festival de cine veneciano. El premio de la critica recayó en la película norteamericana “Cold Souls” de la directora Sophie Barthes. El de la prensa extranjera o Foreign Press Award fue para “Police, Adjetive” del rumano Corneliu Porumboiu. El Elfe o Sílfide lo ganó “Before my eyes” del realizador kurdo-alemán Miraz Bezar que ya había obtenido una condecoración en San Sebastián. El premio del público fue para la comedia francesa „Meet the Elisabeths“ de Lucien Jean-Baptiste. Aunque ninguna de las producciones latinoamericanas que participaban en la muestra logró impresionar al jurado, fue generoso el público que asistió a Vitrina, la sección hispanoparlante del festival. Turistas de la chilena Alicia Scherson, La Pasión de Gabriel del colombiano Luis Alberto Restrepo, Los Paranoicos del argentino Gabriel Medina y Wadley del mexicano Matías Meyer, por nombrar algunos, estuvieron en esta sección.

Los paranoicos de argentina
Escena de la película argentina "Los paranoicos".Imagen: FILM FESTHAMBURG

El responsable de seleccionar las películas latinas e iberoamericanas del festival es el periodista y crítico de cine argentino Roger Koza. DW-World conversó con él.

DW-WORLD: ¿Cómo es recibido el cine latinoamericano en Europa y Alemania?

Roger Koza Abteilung Lateinamerika Filmfest Hamburg
Roger Koza.Imagen: FILM FESTHAMBURG

Roger Koza: Mi percepción a lo largo de los años es que el cine latinoamericano despierta un interés mayor que otras cinematografías. Mi hipótesis se puede defender a través de dos argumentos empíricos: primero que nada existen varios festivales europeos y alemanes que han incluido una sección especializada de cine latinoamericano. Segundo, mi sección suele tener muchísimo público. A mi entender, no se trata solamente de un público constituido de inmigrantes latinos. Es cierto que una película chilena puede convocar personas de ése país, como una colombiana gente de Colombia. No obstante, el público es siempre variado y excede a la nostalgia patriótica. Más bien predomina la curiosidad y el respeto por un continente que se expresa con autenticidad y valentía a través de sus películas.

¿Qué espera encontrar el espectador europeo o alemán en el cine latino?

Es muy difícil asumir e interpretar el deseo del público. Toda generalización conlleva imprecisión. Pero sospecho que el espectador europeo que no es necesariamente cinéfilo busca encontrar estilos de vidas en donde funcionan otros sistemas vinculares. La intimidad latina interesa. También interesa la expresión política de la región, constatar cómo un continente se libró de sus dictaduras, o también verificar que la democracia conquistada en los noventa difiere mucho del bienestar europeo y sus libertades específicas.

En la sección Vitrina, ¿Cómo seleccionan a los invitados?

Si hemos encontrado una obra maestra se intenta que el director responsable esté presente. Luego, depende del calendario del realizador. Nuestro deseo es contar con todos los directores. A veces ayuda si la embajada o el instituto de cine de un país cooperan con el festival. Que puedan hablar inglés o alemán no constituye un obstáculo para que un director nos visite.

¿Por qué se escogieron precisamente estas películas de Argentina, México, Chile y Colombia?

Wadley de Mexico
Escena de la película mexicana "Wadley".Imagen: FILM FESTHAMBURG

En la revista del festival intenté explicar por qué Vitrina tiene las películas que tiene. La selección de películas debe insinuar una concepción de cine. Un festival debe poder responder con sus películas qué entiende por cine. Casi todas las películas de mi sección expresan una concepción de puesta en escena y una concepción de mundo. Tanto formal como conceptualmente, Vitrina intenta desmarcarse de la lógica narrativa hollywoodense y de los múltiples clichés de lo latino. Como suele ocurrir, conseguimos grandes títulos, pero también perdimos algunos.

¿Qué opina sobre la calidad de las películas latinoamericanas que participan en el festival?

Todas las películas poseen pertinencia temática y destreza estética. Son películas que cualquier crítico competente podría calificar de buenas o muy buenas para arriba.

¿Cuál ha sido la película latina que ha tenido mayor éxito en Europa y/o Alemania y por qué?

Habría que definir qué entendemos por éxito. Si se trata de una cuestión de taquilla, pues la discusión pasa por otro lado, algo que personalmente no me interesa. Lo que sí me parece importante es comprender por qué algunas películas latinas son fundamentales para entender la función y el estado del cine contemporáneo. Algunas películas de los cineastas argentinos Lisandro Alonso y Lucrecia Martel y el director mexicano Reygadas son esenciales para pensar el arte cinematográfico. Una película como Tony Manero, Historias extraordinarias o Liverpool, son títulos que indican otras posibilidades para el cine de hoy.

¿El festival de cine de Hamburgo sirve de trampolín comercial para las películas latinoamericanas?

A veces sí, a veces no. Algunas películas que se exhibieron en Hamburgo durante el festival fueron compradas. Lo que sí me consta es que películas que se pasaron en Hamburgo fueron programadas en Israel y EE.UU., una vez que fueron descubiertas en nuestra sección.

¿Ha ido cambiando la recepción del cine latino en Europa y Alemania a través de los años?

Castro de Argentina
Escena de "Castro" de Argentina.Imagen: FILM FESTHAMBURG

El cine latinoamericano irrumpió en el panorama del cine internacional en la década de los sesenta del siglo pasado. La figura del director brasileño Glauber Rocha cambió la historia del cine. Rocha sigue siendo el gran cineasta latinoamericano. Un realizador que tiene un lugar en la historia del cine al lado de autores como Fassbinder, Antonioni, Godard, Sembene y Oshima.

Sin embargo en la década de los ochenta y principios de los noventa el cine norteamericano se impuso en el mundo. Fue un período de masificación global por el que se consolidó una estética y modelo narrativo. En esos años, la producción latinoamericana decreció. Entre los vaivenes políticos de la región, las reiteradas crisis económicas y la hegemonía cinematográfica estadounidense, los cineastas latinos no rodaban y el público de nuestros países acostumbró su mirada al régimen audiovisual hollywoodense.

A fines de los '90, el cine argentino seguido por el brasileño y el mexicano, experimentaron una discreta revolución. Una nueva generación de cineastas (Martel, Alonso, Rejtman, Eimbcke, Reygadas, Ainouz, Gomes y Torres Leiva) surgía en Latinoamérica. Otro cine era posible. Este fenómeno se tradujo en los festivales. El director argentino Lisandro Alonso, por ejemplo, fue apropiado por la Quinzaine de Cannes como uno de sus descubrimientos. La Berlinale descubría también a la cineasta argentina Lucrecia Martel. En otras palabras, se estaba instituyendo un nuevo código de recepción de las películas latinas.

Autor: Pamela Schulz

Editor: Claudia Herrera Pahl