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Violencia en cárceles alemanas

vr11 de mayo de 2004

Los abusos de soldados norteamericanos contra prisioneros iraquíes causaron indignación en el mundo entero, también en Alemania. Ahora, salen a la luz maltratos en cárceles alemanas.

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En la cárcel de Havel se "le fue la mano" a más de un carcelero.Imagen: AP

Entre 2001 y 2004 se registraron más de 80 quejas por maltrato a presidiarios de la penitenciaría Havel, en el Estado federado de Brandeburgo. Hace pocos días, el programa "Klartext" (Hablando claro), de la emisora pública RBB, dio a conocer nuevos casos, provocando un acalorado debate. Los periodistas de RBB se basan en las declaraciones de varios ex-presidiarios y de un preso, aún encarcelado en Havel.

Ein Transportfahrzeug fährt am 13.4.1999 über den Hof der Justizvollzugsanstalt Brandenburg/Havel bei Potsdam
Cárcel de Havel, en las cercanías de Potsdam, en Brandeburgo.Imagen: dpa

Los carceleros entraban de a tres o cuatro en las celdas, por lo general de noche y enmascarados. Golpeaban a los presos, con los puños o con garrotes, ocasionándoles fracturas y otras lesiones graves. Incluso un enfermo de gravedad fue víctima de maltratos. El pasado 14 de enero, dicho preso pidió auxilio, solicitando asistencia médica, debido a un fuerte dolor en lado izquierdo del pecho. Pero los guardias, en lugar de llamar a un médico, irrumpieron en la celda, golpeándolo con escudos y garrotes de goma. Luego de lo cual ataron al presidiario y lo encerraron en una celda aislada. Recién al día siguiente fue revisado por un médico, el cual diagnosticó un ataque cardíaco. No es la primera vez que ocurren irregularidades en la cárcel de Havel. Los carceleros ya tenían fama de violentos durante la época de la RDA, pero al parecer siguieron aplicando las mismas prácticas luego de la caída del muro. Varios ex-presidiarios y sus familiares habían acusado los actos de violencia, sin lograr éxito alguno, debido a la falta de evidencias. Hizo falta que un preso casi muriera de un infarto para que finalmente el ministerio de Justicia de Brandeburgo actuara.

Poco interés público

Aufseher sollen Häftlinge in Brandenburg misshandelt haben
La ministra de Justicia de Brandeburgo, Barbara Richstein, y el director de la cárcel de Havel, Hermann Wachter, prometen aclarar el caso.Imagen: dpa

Entretanto, se inició un procedimiento disciplinario contra ocho empleados de la cárcel, el cual redundará posiblemente en una suspensión. Por lo pronto fue despedido el director de la cárcel. Sin embargo, en el debate público no han tenido gran repercusión los hechos ocurridos en Havel. Por ahora, los únicos que cuestionaron la permanencia de Barbara Richstein, en el cargo de ministra de justicia de Brandeburgo, fueron un político del SPD y el círculo de trabajo de juristas socialdemócratas. Pero la ministra no tuvo nada que temer, ya que inmediatamente contó con el apoyo de su partido, el CDU.

¿Legado de la RDA?

Según informara el canal RBB, algunos de los guardias acusados habían estado ya implicados en maltratos a presos políticos en la antigua República Democrática Alemana. La ministra Richstein explicó que ahora se están estudiando las actas de dichos carceleros y confesó que fue "problemático" asumir el personal carcelario de la RDA, a principios de los 90. Asimismo anunció reformas estructurales en el sistema penitenciario de Brandeburgo. El ministerio de justicia parte de la base que se trata de hechos aislados. La semana próxima, la comisión de derecho del parlamento de Brandeburgo se reunirá en una sesión extraordinaria, para debatir sobre este caso.

"Nuevamente en el foco"

En los últimos años la organización de derechos humanos, "amnistía internacional" (ai), ha acusado una y otra vez a Alemania por maltratos y por un empleo desmedido de violencia, sobre todo en las acciones policiacas. En enero de este año, ai publicó el último informe sobre la situación de los derechos humanos en Alemania. Bajo el título "Nuevamente en el foco" se destacan reiteradas agresiones por parte de la policía hacia extranjeros. Comportamiento que ya se había observado en años pasados. El informe actual además exige que Alemania firme y ratifique el protocolo adicional de la convención anti-torturas de la ONU. El mismo permite inspeccionar, sin previo aviso, posibles lugares de maltrato, como por ejemplo, comisarías de policía o cárceles.