Cooperación entre una ex RAF y los Servicios Secretos
3 de septiembre de 2009
Las sombras del pasado se alargan otra vez sobre Alemania. Ahora se trata del terror de extrema izquierda de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), que declaró la guerra a la República Federal de Alemania en la década de los setenta del siglo pasado. Más de 30 personas murieron en los atentados de la RAF. Entre sus víctimas se encuentra el entonces fiscal general Siegfried Buback. Sus dos acompañantes fueron asesinados junto con él, en 1977 en la ciudad de Karlsruhe. Las circunstancias exactas del crimen nunca han podido ser esclarecidas.
La reciente captura de Verena Becker, ex terrorista de la RAF, cuya participación en el atentado vuelve siempre a ser tema de discusión, ha levantado polvareda. Los documentos que podrían esclarecerlo todo, siguen bajo llave. Según información difundida en medios alemanes, Becker trabajaba para los Servicios Alemanes de Protección de la Constitución.
Verena Becker, otra vez tras rejas
Estar tras las rejas para Verena Becker no es una experiencia nueva. Después de que en 1974 fuera condenada a seis meses de cárcel por el atentado que dos años antes perpetrara contra un club náutico británico en Berlín, Becker fue condenada en 1977 a cadena perpetua por el tiroteo que hubo durante su captura. Por el asesinato del fiscal Buback no se le hizo cargos. Doce años más tarde fue indultada.
La pistola que mató a Buback
Sin embargo, siempre hubo especulaciones acerca del papel desempeñado por Becker en el asesinato de Buback. Aunque se encontró en su poder el arma mortal, otros fueron condenados por ese atentado.
Que ahora Becker haya sido encarcelada se debe, así la fiscalía, a nuevas huellas de ADN encontradas. Éste, un descubrimiento bastante tardío, alimenta las sospechas en cuanto a la transparencia de las investigaciones.
¿Protegiendo a la informante?
Informes en los medios de comunicación hablan de que Becker colaboraba con los servicios de inteligencia alemanes y que inculpó a sus colegas de la RAF. La fiscalía ha solicitado ya el acceso a las actas del caso Buback. Por tercera vez; en 1982 y en 2007 la fiscalía pudo revisarlas, pero no podía utilizar la información. Según la fiscalía, esta vez tiene que ser diferente y el ministerio del Interior tendrá que decidirse entre su interés por mantener el secreto en aras de la protección a la Constitución y el interés del Estado por el procesamiento penal.
Las especulaciones
Qué información pudo haber entregado Becker y cuánto le pagaron por ello, son las preguntas que se plantean en los medios alemanes. Y los Servicios Secretos no tienen demasiado interés en poner las cosas claras. “Si empezasen a publicar la información de sus fuentes –aunque de esto haya pasado ya mucho tiempo- en el futuro tendrán problemas para conseguir otras fuentes de información”, explica Stefan Paris, portavoz del ministerio del Interior.
Una documentación de la televisora estatal ARD ha avivado el fuego: por primera vez un ex miembro de los Servicios Alemanes de Protección de la Constitución toma la palabra. “Lamentablemente, en 1977, a los Servicios Secretos no les fue posible encontrar una fuente. Si lo hubiesen logrado, el país se hubiese ahorrado un montón de cosas”, declaró Winfried Ridder, experto en terrorismo.
Sin embargo, a comienzos de la década de los ochenta, Verena Becker habría hecho confesiones que inculpaban a sus ex compañeros. El ex agente Ridder dejó entrever que había fluido dinero por ese servicio. “Entre los principios del trabajo de los Servicios Secretos se encuentra el pagar por la colaboración”, aseveró Ridder a la ARD. Que no se haya utilizado en el proceso la información contenida en un diario personal de Becker también llama mucho la atención. Joachim Lampe, entonces abogado acusador, explica: “No estimé necesario profundizar esos datos”.
Por su parte, Michael Buback, hijo del fiscal asesinado, está convencido de que fue Verena Becker la que disparó contra su padre y que el Estado lo sabía. “En algún momento no me abandonó más la idea de que estaban encubriendo o protegiendo a alguien”, subraya Buback. La acusación es grave. El Estado alemán se encuentra ahora más que nunca bajo sospecha de haber utilizado la colaboración de terroristas. La presión para que el ministerio del Interior libere esas actas va en aumento.
Autor: Marcel Fürstenau/Mirra Banchón
Editor: Emilia Rojas Sasse