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Varios encuentros y nada de gas

Mirra Banchón15 de enero de 2009

El primer ministro británico, Gordon Brown, y la canciller alemana, Angela Merkel, sintonizaron muy bien durante su encuentro en Berlín. Sobre todo, en cuanto a presionar a Moscú para que el gas vuelva a fluír.

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Los monitores de la Unión Europea están listos, pero no hay gas que controlarImagen: AP

La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown, exhortaron a Rusia y a Ucrania a finalizar su disputa por el suministro del gas. Después del encuentro de los dos líderes en Berlín, la canciller federal habló del peligro latente de que este litigio haga que Rusia pierda, como socio, credibilidad. Si bien Merkel no ve una alternativa a los contratos de suministro que ya están firmados, el primer ministro Brown se declaró a favor de una revisión de las fuentes energéticas para Europa. Diversificar los suministradores y apostar por las energías renovables es el lema.

Como fuere, esta guerra del gas según la canciller de Berlín, no tiene sustento técnico y “es una expresión de cuestiones políticas” entre ambos países, por las que los países europeos no tendrían por qué sufrir. Pero lo hacen. Hasta el momento, a pesar del acuerdo firmado, el gas sigue sin fluir. Y en algunos países de la Unión Europea, como Eslovaquia, la situación está llegando a extremos. Aprovechando la visita a la Semana Verde de Berlín del primer ministro ruso Vladimir Putin, tanto la canciller germana como el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se encontrarán con el líder de Moscú. Ejercer presión para regularizar la situación del gas es imperativo.

Nada a observar

Hasta la mañana del 15.01, los observadores no habían podido comprobar ningún movimiento en el gasoducto. “Tanto Ucrania como Moscú parecerían haberse olvidado de que han firmado un acuerdo”, informa Stephan Laack, corresponsal de Westdeutscher Rundfunk en Moscú. ¿Y ahora qué? El presidente Medwedew propone una cumbre del gas –con participación de todos los implicados- el sábado 17 en Moscú; si bien la primera ministra de Ucrania, Julia Timoschenko se declaró a favor de esta propuesta, el presidente ucraniano, Víktor Juschtschenko, lo prefiere en terreno europeo, en Praga, como lo ha propuesto el presidente en turno de la Unión Europea, el primer ministro checo Mirek Topolanek.

BdT Rohr für Gasleitung Ostsee Pipeline
En febrero de 2008 se colocó los primeros tramos del gasoducto del BálticoImagen: AP

Intereses ocultos

¿Qué hay detrás de esta guerra por el grifo del gas? El diario Luxemburger Wort analiza: “Mucho indica que Rusia utiliza la crisis del gas para dañar la imagen de Ucrania en la Unión Europea, para quitarles fuerza al ala prooccidental en Kiev. Desde la perspectiva de Moscú, el vacío de poder en Washington es propicio para transmitir a la UE la imagen de una Ucrania incompetente para servir de país de tránsito a los suministros rusos; se trata de hacer posible, políticamente, la ansiada meta de que le vendan la infraestructura a Moscú”

En este contexto, el encuentro entre la canciller alemana y el primer ministro ruso es una movida clave en el ajedrez del gas. El editorial del Gazeta Wyborcza de Varsovia comenta: “Putin persigue un objetivo: que el gobierno de Angela Merkel le asegure que Alemania seguirá apoyando la construcción del gasoducto por el mar Báltico. Si lo lograse, el gas empezaría a fluir hacia occidente. La canciller sabe que este gasoducto sería una molestia en las relaciones con Polonia y le disgustan las ambiciones imperiales de Putin. Sin embargo, se encuentra bajo la presión de la industria…”.