Vacunas anticovid no causan miocarditis en deportistas
14 de agosto de 2023Un súbito paro cardíaco sufrido por un deportista provoca estupor, especialmente si no se trata de un aficionado entrado en años, sino de un atleta de alto rendimiento, joven y bien entrenado.
Eso fue lo que le ocurrió recientemente al basquetbolista estadounidense Bronny James, hijo de la superestrella del baloncesto LeBron James. También el ciclista profesional italiano Sonny Colbrello, y el futbolista británico Charlie Wyke, sufrieron paros cardíacos. Afortunadamente, los tres se han recuperado satisfactoriamente.
Pero en las redes sociales rápidamente circularon afirmaciones de que tales paros cardíacos probablemente tenían que ver con las vacunas contra el COVID-19. Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam (UMC) analizaron toda la literatura existente sobre el tema y no encontraron prueba alguna de que exista semejante relación. "Evaluamos todos los estudios que pudimos encontrar. Entre ellos, uno de Australia en el que participaron más de cuatro millones de personas”. Los científicos constataron que no se registraban allí aumentos en las tasas de paros cardiacos súbitos ni de miocarditis, según el Dr. Harald Jorstad, cardiólogo deportivo de la UMC.
¿Qué es la miocarditis?
Una miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) puede afectar a cualquier persona, independientemente se su edad o entrenamiento físico. En la mayoría de los casos, el origen suele ser una infección viral arrastrada. Los síntomas de agotamiento o cansancio con frecuencia se atribuyen a la infección y no a una inflamación del músculo cardíaco.
En tales casos, lo principal es guardar reposo y generalmente no se requieren terapias adicionales. Si no se descansa y, en cambio, se practica deporte, se corre el riesgo de que la inflamación provoque una debilidad cardíaca o arritmias. En el peor de los casos, eso puede conducir a la muerte.
Por eso, resulta tan fatal que los deportistas de alto rendimiento, y también los aficionados, no reconozcan las señales de advertencia, como la sensación de debilidad o la falta de aire, y e ignoren esos síntomas.
Miocarditis provocada por el coronavirus
Durante la pandemia del coronavirus, hubo casos aislados de miocarditis como secuela de una infección de COVID. Y eso no es nada sorprendente, dado que las inflamaciones del músculo cardíaco son provocadas por una infección viral de las vías respiratorias o del sistema digestivo.
Sin embargo, en casos muy infrecuentes, se produjeron miocarditis o pericarditis tras la inoculación sobre todo con vacunas de ARNm. El pronóstico suele ser positivo y la evolución menos severa que tras una infección, pero no se puede descartar del todo una miocarditis como posible efecto secundario de la vacuna, aunque sea muy poco frecuente.
Eso no quiere decir que una vacuna contra el COVID tenga que ser la responsable de un paro cardiaco, indica Joelle Daems, doctoranda de la Universidad de Ámsterdam. "Si bien los deportistas tienen un riesgo más elevado de sufrir miocarditis debido a su relativa juventud, en los estudios no encontramos indicios de que una vacuna contra el COVID, ligada a una actividad deportiva intensa, incremente adicionalmente dicho riesgo”.
(ers/cp)