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Vacunación obligatoria en Alemania: debate sí, división no

13 de diciembre de 2021

Los acalorados debates sobre la vacunación obligatoria en redes sociales distorsionan la realidad y la sociedad alemana no está tan polarizada como algunos podrían imaginar, opina Marcel Fürstenau.

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Imagen: Leonhard Simon/imago images

Vacunación obligatoria. Estas palabras podrían ser dos de las más controversiales de 2021. Pero ¿tan polémicas como para dividir a la sociedad alemana?

Por el momento, ciertamente se siente así. El hecho de que la vacunación pudiera ser obligatoria el próximo año en Alemania ha provocado un acalorado debate.

Pero, antes de que empecemos a empeorar las cosas hablando de la polarización, vale la pena hacer una pausa y escuchar. Escuchar, por ejemplo, lo que dijo sobre la supuesta división de la sociedad el nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, el día en que fue elegido. "No me parece que sea así", y señaló que la gran mayoría de los ciudadanos han sido vacunados.

Y tiene razón. Para el 10 de diciembre de 2021, casi el 70 por ciento de la población elegible había recibido la inmunización completa. "Y muchos más piensan que eso es lo correcto o, al menos, no incorrecto", agregó Scholz. Algo que también es cierto.

"Una ruidosa minoría"

Pero realmente dio en el clavo con esta frase: "No debemos asumir que toda la sociedad está dividida solo porque una ruidosa minoría se está expresando de forma radical". ¡Bien dicho, señor canciller! Si alguien duda de sus palabras, debería echar un vistazo más de cerca a los estudios sobre polarización y populismo. Hay muchos de ellos y sus hallazgos son claros: la cohesión social es mucho mayor de lo que muchas personas supondrían.

En un estudio realizado para la Fundación Konrad Adenauer, de Alemania, Jochen Roose, que investiga las elecciones y la sociedad, escribió: "A principios de 2019, dos tercios de la población creían que había poca o ninguna cohesión en la sociedad. Esta percepción de polarización ha disminuido durante la pandemia". 

Por otro lado, el barómetro de populismo de Bertelsmann también contiene declaraciones tranquilizadoras: "Actualmente, solo dos de cada 10 votantes elegibles en Alemania (20,9 por ciento) siguen siendo populistas en sus puntos de vista. Eso es 11,8 puntos porcentuales o un poco más de un tercio menos que en noviembre de 2018 (32,8 por ciento)".

Esto también contradice la percepción generalizada de una sociedad cada vez más dividida.

Marcel Fürstenau
Marcel FürstenauImagen: DW

Las redes sociales dominan el debate

Entonces, ¿por qué se habla tanto de teorías de la división, la polarización y la conspiración? Una explicación es que vivimos en una llamada democracia mediática. Lo positivo de la era digital es que, en teoría, cualquier persona puede expresarse sobre cualquier cosa en cualquier momento gracias a las redes sociales. Pero el lado negativo de Facebook, Twitter, Instagram y similares es sus potencial para originar rumores sin freno. Y ahí es donde entran en juego reflejos arcaicos: cuanto más ruidoso y agitado parece alguien, más atención consigue.

Según un estudio realizado por emisoras públicas, solo una minoría de personas usa las redes sociales en Alemania. En 2020, el 26 por ciento estaba activo en Facebook, el 20 por ciento en Instagram y solo un 5 por ciento en Twitter. Sin embargo, hay personas en ciertos sectores que son particularmente activas, como políticos, activistas de todo tipo y periodistas.

Todos quieren y tienen que difundir sus mensajes frente al público, y eso es  impensable sin redes sociales. Quienes ignoran estas plataformas, no son escuchados ni vistos. Los tuits y otras publicaciones en las redes sociales se han convertido en la forma más rápida de transmitir una opinión sin que se haya pedido una.

Dichos generadores de opinión no saldrían de su propio entorno si no fuera por otras personas y canales que difunden sus puntos de vista. Sin embargo, tal como están las cosas, a veces pueden llegar a millones a través de plataformas de medios más tradicionales, especialmente programas de entrevistas en televisión.

El debate acalorado es democracia en acción

En la competencia interminable por las audiencias, las calificaciones y los clics, los titulares sensacionales y la exageración son parte del oficio. Por tanto, un debate sobre los pros y contras de la vacunación obligatoria puede dar rápidamente la impresión de una sociedad dividida.

Pero Scholz tuvo también aquí algo sensato que decir: "Por supuesto, esto se puede debatir controvertidamente, pero eso no es ningún problema. De eso se trata la democracia".

Para concluir, démosle un vistazo a un ensayo galardonado titulado Ira y cosmovisión, escrito por Paula Köhler, del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, en Berlín. La autora sostiene que Alemania no está experimentando tanto una polarización de la sociedad en su conjunto, sino un debate cada vez más personalizado.

"Una pequeña parte de la población (élites políticas y formadores de opinión) [es] bombardeada con odio y calumnias por una pequeña parte igualmente poco representativa de la población (trolls), escribe. Y esto, a su vez, dice, impacta en la cultura del debate en general.

Desafortunadamente, la autora tiene razón. 

(rr/ms)