Su abuelo segaba con una hoz y ordeñaba las vacas a mano. Hoy, Christof Briegel se ayuda de la tecnología, para automatizar todos los procesos y ahorrar así mucho tiempo y esfuerzo. En su granja orgánica no faltan los robots de ordeño, una puerta de establo automática, una máquina expendedora de leche, e incluso una aplicación para localizar a cada una de las vacas.