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Una cosa es la política y otra la economía

27 de septiembre de 2002

A pesar de la tensión en las relaciones diplomáticas entre Alemania y EE.UU. por la negativa alemana a participar en un posible ataque militar contra Irak, las relaciones económicas no se han visto perjudicadas.

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Terminal de contenedores en el puerto de Bremerhaven.Imagen: AP

Fuertes críticas internas generó la postura del canciller alemán, Gerhard Schröder, que en su momento negó rotunda y claramente una participación de la nación alemana en cualquier aventura de tipo bélico por parte de Estados Unidos en contra de Irak. Entre los principales críticos se encontraban representantes de la economía e industria alemana, que temen un deterioro de las relaciones con sus socios estadounidenses. Un temor que no sorprende si tomamos en cuenta que Alemania exportó a Estados Unidos en el 2001, productos por un monto de 67 mil millones de euros, lo que representa el 11% de las exportaciones totales alemanas. Las inversiones alemanas directas fueron de 150 mil millones de euros, según cifras publicadas por la Federación de las Industrias Alemanas, BDI por sus siglas en alemán. Un boicot a los productos alemanes podrían perjudicar fuertemente a una economía de por si debilitada.

Irak, un tema secundario

Después de las elecciones del pasado 22 de septiembre, de las cuales salieron vencedores nuevamente el Partido Social Demócrata y su socio de coalición, Los Verdes, se escuchó una sola demanda por parte de la industria y los entes económicos: el canciller Gerhard Schröder debe dirigirse a estados Unidos y poner en orden las relaciones hasta hace poco impecables. Aún cuando ha habido primeros esfuerzos por parte de los alemanes, los estadounidenses no han querido tender la mano a su socio europeo. Aún así, entre los representantes económicos, especialmente del lado estadounidense, se indica que no se debe exagerar el temor. Aseguran que las desavenencias entre los dos estados en torno a la no participación alemana en una guerra contra Irak, no representan ningún peligro para las relaciones comerciales. En el mundo económico lo que rige es la relación precio y calidad, y mientras que ésta sea correcta, el negocio seguirá marchando.

Una situación pasajera

Las actual situación no tendrá mayor relevancia, ni repercusión duradera en el mundo comercial, las inversiones y las relaciones empresariales, según declaró Thomas Donohue, Presidente de la Cámara de Comercio estadounidense en Berlín. Esto no significa, sin embargo, que no se requiera de un esfuerzo conjunto por recuperar lo antes posible la normalidad, según indica Donohue. Lo mismo que este representante estadounidense, muchos empresarios con inversiones a ambos lados del Atlántico agradecerían que se resolviera pronto esta disputa, para poder volver a concentrase en el desarrollo de las relaciones económicas bilaterales de las cuales sacan provecho ambos países.

¿Todo bajo control?

Sin embargo no todo parece estar bajo control. El presidente del BDI, Ludolf von Wartenberg, indicó en Berlín que se han registrado algunas cancelaciones por parte de socios estadounidenses. Habló de algunos encargos públicos en el área de la construcción y también de demanda de productores de aparatos médicos, sin dar detalles. También la Cámara de Industria y Comercio ha expresado sus temores sobre posibles cancelaciones, aunque no tiene información sobre alguna cancelación de encargos o contratos. Pero, adelantándose a cualquier hecho de este tipo, demanda que se normalicen lo antes posible las relaciones entre Berlín y Washington.