Un tranvía llamado cordialidad
13 de febrero de 2007Recuerdo que, recién llegado a Munich, y no hablando muy bien el alemán, quise tomar el tranvía en Lehel para ir a la estación principal. Tomé el tranvía errado, y, por precaución, le pregunté a una señorita si era ese el correcto. Me respondió que no, y me ofreció acompañarla, para que juntos encontráramos el tranvía que yo necesitaba tomar.
En la próxima estación, se bajó y se quedó a esperar que viniera el tranvía que iba a la estación central del ferrocarril. Me dijo: "este es", y me deseó un buen viaje. Todo lo hizo con mucha educación y amabilidad. Me quedé muy sorprendido, y, durante los seis meses que estuve por allí, siempre volví a encontrarme con gente amable. Creo que en Alemania es muy recomendable dirigirse a la gente con educación, sin olvidar de poner por delante el "por favor".