Un paseo por Hamburgo
Pocas ciudades son tan polifacéticas como Hamburgo, el principal puerto de Alemania.
El corazón de la ciudad
En Hamburgo, un día perfecto comienza con un desayuno o un café junto al agua; por ejemplo a orillas del Alster, donde se encuentran las galerías Alsterarkaden. Allí se puede luego ir de compras por las elegantes tiendas del lugar.
La belleza del Alster
Siempre vale la pena recorrer el Alster en barquito o caminar por sus orillas. Desde 1987, una fuente lo adorna. Esta lanza 170.000 litros de agua por hora, a 60 metros de altura.
Tienda tradicional
La gran tienda Alsterhaus se encuentra desde hace más de 100 años en Jungfernstieg. Se ha especializado en cosméticos, accesorios, vestimenta y delicias culinarias. Desde el restaurante que se encuenta en el piso superior, se tiene una hermosa vista del Alster.
Un palacio para los ciudadanos
La alcaldía de Hamburgo más parece un palacio que un edificio de gobierno. Su fachada está ricamente decorada. Y también vale la pena visitar algunas de las 647 salas que alberga en su interior.
El viejo Hamburgo
Vivir el Hamburgo de antes... Eso todavía es posible, en la Beckstraße. Allí hay pequeñas casas, remodeladas con cariño, en las que antiguamente vivían obreros. Muchas de estas viviendas han sido demolidas, por ser demasiado pequeñas, pero en la Beckstraße todavía siguen en pie.
Romanticismo portuario
Quien visite Hamburgo, no puede dejar de ir a conocer el puerto, que es el más grande de Alemania.
Recorrido por el puerto
La mejor manera de conocer el puerto es haciendo un tour guiado en una barcaza. También se puede tomar el ferry del servicio de transporte público. Especialmente hermoso luce el puerto de noche.
El Hamburgo de los comerciantes
Ladrillos por doquier. En la Speicherstadt, un histórico complejo de almacenes, se puede apreciar el estilo arquitectónico típico hamburgués. Estos edificios eran utilizados antiguamente por los comerciantes como depósitos. Hoy en día también albergan museos y cafeterías.
La iglesia de San Miguel
Tampoco puede faltar una visita a la iglesia de San Miguel, que los hamburgueses llaman simplemente "Michel“. Esta iglesia es el monumento más característico de la ciudad y su principal símbolo, ya que los marinos pueden verla desde sus barcos.
El barrio rojo
Cuando cae la noche, se encienden las luces de la Reeperbahn, en el barrio de St. Pauli. En esta famosa calle hay clubs, bares y discotecas. También el barrio rojo se extiende por los alrededores de la Reeperbahn, llamada por eso la calle "más pecaminosa" de Hamburgo.
Anochecer relajado
Quien prefiera la tranquilidad, puede disfrutar del anochecer junto al Alster. Allí el visitante puede relajarse tras una ajetreada jornada de paseo por Hamburgo.