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Un mes de guerra en el Líbano

Emilia Rojas Sasse11 de agosto de 2006

La resolución franco-estadounidense ha sido aprobada por unanimidad: en ella se pide el "cese de las hostilidades" con el objetivo de poner en marcha un plan político que establezca los principios de una paz duradera.

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El embajador israelí ante la ONU en Ginebra, Itzhak Levanon, tuvo que escuchar duros reproches en una sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos.Imagen: AP

El Consejo de Seguridad de la ONU pidió una tregua entre Israel y la milicia libanesa de Hezbolá, y reclamó la retirada de las tropas israelíes de Líbano en su primera actuación en una guerra que cumple ya un mes de bombardeos. El balance es devastador. Cerca de un millar de personas, en su mayoría civiles, han muerto en este conflicto no declarado oficialmente, que Israel creyó ilusoriamente poder definir en corto tiempo a su favor. Los misiles de Hezbolá siguen cayendo en territorio israelí, mientras el desastre humanitario que vive la población libanesa se agrava a diario.

Condena del Consejo de Derechos Humanos

Mucho le ha costado a la comunidad internacional aunar posiciones en torno a este conflicto, como lo ha demostrado el arduo tira y afloja en el Consejo de seguridad y también lo ocurrido este viernes en el marco del nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. 27 de sus 47 integrantes condenaron "los graves atropellos de derechos humanos cometidos por Israel y la contravención del derecho internacional humanitario en el Líbano", y exigieron un cese inmediato de las operaciones militares. Los bombardeos de Hezbolá no fueron expresamente mencionados en el texto, que sólo pide a las partes no atacar civiles.

Alemania y otros países europeos votaron en contra de dicha resolución, por considerarla unilateral. Lo mismo hicieron también otros países como Japón, Canadá y Ucrania. Suiza, Corea del Sur y algunos estados africanos optaron por abstenerse, mientras varios países latinoamericanos, como México, Cuba, Perú y Ecuador, secundaron la moción presentada por las naciones árabes. En suma, la división vuelve a manifestarse también en este organismo, dificultando sus esfuerzos por ganar prestigio y capacidad de acción.

Cese completo de las hostilidades

En el Consejo de Seguridad, en cambio, se redoblaron los esfuerzos por llegar a un acuerdo. Aunque Rusia perdió la paciencia y presentó su propio proyecto de resolución, dirigido a imponer al menos una tregua de 72 horas que permita desplegar la ayuda humanitaria que tanto urge, estaba claro que la iniciativa no prosperaría y que sólo la perseverancia podría llevar a una propuesta aceptable en todos sus puntos. De ahí la importancia de afinar detalles, por ejemplo, en cuanto a cómo podría realizarse una retirada paulatina de los soldados israelíes, del territorio libanés, mientras, simultáneamente, el ejército del Líbano, ocupa posiciones en el sur del país.

En la resolución aprobada se establece que una vez tenga lugar un "cese completo de las hostilidades", el gobierno de Beirut y la Fuerza Provisional de la ONU (FPNUL) deberán desplegar sus tropas en el sur del Líbano, donde operan las milicias chiíes de Hezbolá. Paralelamente, se exige al Gobierno de Israel que retire los 10.000 efectivos que tiene desplegados en territorio libanés.

En Israel, en todo caso, no parecen depositarse muchas esperanzas en las gestiones diplomáticas de Nueva York. Por lo menos eso es lo que puede deducirse de la noticia difundida este viernes por los medios de comunicación israelíes, de que el primer ministro, Ehud Olmert, dio luz verde a la ampliación de la ofensiva en el Líbano, aprobada dos días atrás por el gabinete de seguridad.