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UE: el reto de la República Checa

Peter Hornung (chp/el)28 de diciembre de 2008

El 1 de enero de 2009 la República Checa, que no ha definido aún su postura frente ala Unión Europea y la OTAN, asumirá, durante seis meses, la presidencia del Consejo de la Unión Europea.

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UE: de Francia a la República Checa. (Foto de archivo sobre firma de un tratado de cooperación entre Francia y la Rep. Checa)Imagen: picture-alliance/dpa

La República Checa tiene un himno nacional triste. ¿Dónde está mi hogar? se pregunta en una de sus estrofas. Aun cuando al final se contesta la interrogante impera el escepticismo, una característica muy checa, según Günter Verheugen, comisario de la Unión Europea.

La República Checa es una nación joven surgida hace tan sólo 16 años al disolverse la entonces Checoslovaquia. Es un poco más grande que el estado de Baviera pero tiene sólo 10,5 millones de habitantes; más de la mitad de ellos no tiene religión, el nivel más alto de Europa.

Lo más sagrado para los checos son sus propias tradiciones, entre ellas la comida y la cerveza. No sorprende que en este país se registren los niveles de consumo de cerveza más altos a nivel internacional, incluso por delante de los alemanes.

Un pueblo provinciano

Las amargas experiencias que los checos han vivido a lo largo del Siglo XX con sus vecinos alemanes, o un poco más al este con los rusos, marcan al país y a sus habitantes. Las experiencias históricas definen la mentalidad de los checos, lo que a veces no resulta positivo. "Los checos son un pueblo provinciano, mucho más de lo que se imaginan. Estuvieron al margen de las grandes corrientes históricas europeas", explica Jiri Pehe, reconocido sociólogo checo.

Se trata de una situación muy especial. Por una parte a los checos les gusta definirse como el centro de Europa, como un pueblo cosmopolita y liberal. Sin embargo se encuentran a la saga puesto que este país durante los últimos 400 años siempre fue provincia, el traspatio o de Berlín o de Viena o de Moscú. Y esta mentalidad se ha enraizado en las mentes checas. "Los checos le tienen miedo al mundo y tiene temor a abrirse. Imperan las reservas y los mitos" agrega Pehe.

La República checa es miembro de la OTAN desde 1999 y de la Unión Europea desde 2004. Desde entonces se ha hablado mucho del escepticismo checo frente a la UE, ligado estrechamente al nombre del presidente, Václav Klaus. De hecho imperan en esta república los políticos que pocas veces tienen algo bueno que decir sobre la UE, lo que marca fuertemente la opinión pública imperante en el país. Se desconoce cómo sería esta opinión sin su influencia.

Un gran desafió

Como sea, la presidencia de la UE será en definitiva un gran desafío para la República Checa, en donde se escuchan dudas de si realmente están preparados para este gran reto. Pero los checos siempre lo logran improvisando, como lo hiciera en su momento el famoso soldado checo Schwejk. Una figura popular muy querida en el país, a pesar de encarnar más bien el lado negativo de la mentalidad nacional: la capacidad de sobrevivir sin gran esfuerzo.

En 1993 cuando se fundó la República Checa surgieron dudas sobre su futura orientación. Se preguntaba entonces, según recordó recientemente el primer Minstro, Mirek Topolanek, durante el aniversario de fundación: "¿Pertenecemos a la civilización occidental o oriental? ¿Cuál será el lugar que asumirá nuestro pequeño país en Europa junto a vecinos tan poderosos?

La respuesta de la República Checa es que mira a Occidente, asegura la futura presidencia de la UE. Sus vecinos la observan con ojos atentos, por lo menos durante los próximos seis meses.