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No tenía buena prensa desde hace meses, pero la tragedia sucedida en una mina en Soma ha sido la gota que ha colmado el vaso. La gente en Turquía está indignada con el jefe de Gobierno y lo acusa de negligencia. Tras las protestas de Gezi y de los escándalos de corrupción, Erdogan está a la defensiva. A pesar del desgaste, en agosto quiere presentarse a las elecciones presidenciales. ¿Pero todavía le quedan fuerzas?