Trece anglicismos retorcidos por los alemanes
Una serie de palabras inglesas fueron incorporadas al alemán... pero con un significado diferente. El resultado puede crear confusiones entre los hablantes de ambos idiomas.
Un “handy” muy práctico
En alemán, el uso del término “handy” es evidencia contundente de que un anglicismo puede ser incorporado a un idioma y terminar teniendo una acepción totalmente diferente de la que le asignaron los hablantes de la lengua de Shakespeare. En inglés, la palabra es un adjetivo y significa práctico, manejable. En alemán, “handy” es el nombre que se le da coloquialmente al teléfono celular.
¿Una película en un BMW?
Aunque infrecuente, la siguiente confusión puede tener lugar cuando un germanohablante invita a ver una película en su casa. En ese contexto, es posible que haga mención de un “beamer”, que en un inglés coloquial alude a un auto de la marca BMW y en alemán, a un retroproyector. Ese giro linguístico tiene su origen en el nombre de uno de los primeros proyectores de video, el Advent VideoBeam 1000.
¿Te apetece un “open air”?
Quienes pasen un tiempo en Berlín harían bien en familiarizarse con el término “open air” para saber qué contestar cuando los inviten a un evento de esa naturaleza. En la capital alemana, esa es la expresión que se usa para describir los espectáculos al aire libre, bien sea la proyección de una película, una fiesta privada, un rave ilegal o un festival multitudinario.
Los adoradores de los “viejos tiempos”
No se debe confundir a los ultraconservadores, para quienes todo tiempo pasado fue mejor, con los entusiastas de los “oldtimers”; el término hace referencia a un tipo determinado de coches antiguos que es objeto de culto en todo el país. La palabra salta a la vista en los quioscos y en la calle: en revistas especializadas, afiches promocionales y, desde luego, en los puntos de venta de automóviles
¡Ya no aguanto el “mobbing” en mi trabajo!
El equivalente en alemán de la voz inglesa “bullying” es “mobbing”; éste deriva del término “mob” (turba o tumulto, en inglés). En los años setenta, la palabra empezó a utilizarse en Alemania para describir la presión (el acoso o la violencia, psicológicos o físicos) ejercida sobre una persona por un grupo o una figura de autoridad abusiva en la escuela, en el trabajo o en las redes sociales.
Una prenda humeante
Como en español, también en alemán se emplea la palabra “smoking” para hacer referencia al tradicional traje masculino, heredero de la antigua chaqueta de terciopelo usada por los caballeros después de cenar para retirarse a una sala y fumar (“smoke” en inglés), beber alcohol y jugar cartas. Al abandonar ese recinto se despojaban de la chaqueta para no molestar a sus parejas con el olor del humo.
¿Una penosa traducción?
El neologismo “public viewing” se hizo popular poco antes del Mundial 2006. Su uso fue objeto de controversia cuando se alegó que lo que los alemanes entendían como “contemplar un partido en una pantalla gigante junto a muchos co-espectadores” significaba para los angloparlantes “capilla ardiente”, es decir, “el oratorio fúnebre provisional donde se celebran las primeras exequias por una persona”.
¡Pon la caja patas arriba!
¿Qué quieren decirnos los alemanes con “turn up the box”? ¿Quiéren que volteemos la caja patas arriba? Y, de ser así, ¿de qué caja están hablando? En realidad, la expresión es una celebratoria invitación a subir el volumen de la música. Con “box”, en singular, o “boxes“, en plural, los germanoparlantes se refieren al equipo de sonido y a sus altavoces.
Messi no, ¡messie!
La palabra “messie” se deriva del sustantivo “mess”, que significa “desorden” en inglés, y es usada coloquialmente en Alemania para referirse a los inquilinos que acumulan objetos compulsiva y caóticamente en sus apartamentos. La expresión fue popularizada en los años ochenta por la profesora Sandra Felton, creadora del grupo de autoayuda Messies Anónimos.
“Wellness”, en el sentido estricto de los alemanes
En Alemania, “wellness” es un término omnipresente en la industria turística y hotelera. En inglés, la palabra alude a todo lo relacionado con la salud y el bienestar tanto físico como anímico. En la lengua de Goethe, sin embargo, tiene implicaciones más concretas: se utiliza específicamente como sinónimo de spa con servicios de masaje y sauna. Sin eso, el “wellness” no es “wellness”.
¡Nada de trampen!
“¡Buen viaje y nada de trampen!” Esa orden es válida para todo adolescente, pero algo en la última palabra la hace lucir como un consejo exclusivamente para chicas. Quizás se deba a que, en inglés, “tramp” alude al aspecto presuntamente vulgar y provocador que ciertas prendas le dan a la silueta femenina. En alemán, “trampen” significa hacer dedo o autostop, pedir la cola, un aventón o un empujón.
¡Un verdadero showmaster!
Cuando los alemanes hablan en “showmaster” no se están refiriendo a un maestro de ceremonias, sino a un presentador de televisión. La palabra fue acuñada por el animador holandés Rudi Carell (izq.), famoso en la televisión alemana, y derivó en variantes como el “quizmaster”, para los presentadores de programas de preguntas y respuestas, y el “talkmaster”, para los de programas de entrevistas.
¿Do you like my tight pullunder?
Los alemanes no sólo blanden sus licencias creativas al utilizar anglicismos. Ellos también inventan palabras que, aunque parecen provenir del inglés, no existen en esa lengua. “Pullunder” es un ejemplo clásico: ese es el nombre que se le da al suéter sin mangas o al chaleco sin botones que se lleva debajo de una chaqueta, es decir, lo opuesto de un pullover. En otra palabra, un pullunder.