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Derechos humanosFederación Rusa

Tortura y pena de muerte: ¿será legal la violencia en Rusia?

Aleksei Strelnikov
28 de marzo de 2024

Después del ataque terrorista en Moscú, cada vez más personas en Rusia apoyan la violencia estatal: desde el maltrato a los prisioneros hasta las ejecuciones.

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Persona vestida de blanco en una sala de un tribunal.
Un sospechoso del atentado a la sala de conciertos Crocus City Hall con signos de maltrato. Imagen: Alexander Zemlianichenko/AP/dpa/picture alliance

Las autoridades rusas, hasta el momento, no han puesto objeciones al supuesto trato cruel de sus fuerzas de seguridad contra los sospechosos del ataque terrorista a la sala de conciertos Crocus City Hall, cerca de Moscú. En el pasado, los funcionarios del Gobierno afirmaban periódicamente que se combatía la tortura en los centros de detención y que tales actos se penalizaban.

Ocho sospechosos están siendo juzgados por el ataque en el que murieron más de 140 personas y otras 182 resultaron heridas. Hasta el momento, han sido detenidas once personas, cuatro de ellas apenas unas horas después del ataque. Estas últimas aparecieron ante un tribunal con claros signos de violencia.

Los funcionarios rusos no ocultaron que los sospechosos sufrieron malos tratos. "No responderemos a esta pregunta", dijo el secretario de prensa de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, cuando el canal de televisión estadounidense CNN le preguntó si los hombres fueron sometidos a tortura.

De hecho, la legislación rusa prevé penas para funcionarios que torturen. Se enfrentan a una pena de prisión de hasta 12 años. Además, los tratados internacionales de derechos humanos prohíben la tortura. Rusia ha ratificado la mayoría de ellos y el país está obligado a cumplir la prohibición de torturar.

Policías llevan a hombre cabizbajo a una sala de un tribunal.
Policías llevaron a otro sospechoso del atentado en la sala de conciertos hasta la sala del tribunal.Imagen: Shamil Zhumatov/REUTERS

La tortura amenaza con convertirse en rutina

Cuando los maltratos quedan impunes, sobre todo perpetrados por funcionarios estatales, la aplicación de la ley se ve cada vez más socavada. Así lo subrayó Sergei Babinez, jefe del "Equipo contra la Tortura", una organización rusa de derechos humanos que investiga las denuncias de tortura, tratos inhumanos y degradantes.

Estas atrocidades podrían ocurrirle a más personas en el futuro, dijo Babinez, inicialmente sólo en casos de sospecha de terrorismo, luego en el contexto de otros delitos y finalmente en caso de arresto por delitos menores. "La tortura se utiliza sobre todo contra sospechosos, personas que no han sido declaradas culpables por sentencia judicial y que pueden no tener nada que ver con el asunto", explicó Babinez. El uso de la fuerza pública es un medio de autoafirmación para las autoridades rusas.

La opinión pública rusa quiere que se resuelva el ataque a la sala de conciertos Crocus City Hall. Así lo afirmó Igor Kaljapin, exmiembro del Consejo para el Desarrollo de la Sociedad Civil y los Derechos Humanos. Pero si todas las declaraciones se obtienen mediante tortura, una investigación de este tipo será dificílmente creíble, subrayó el activista. Esto socava la confianza en las autoridades: "Hemos pasado de una dictadura del engaño a una dictadura del miedo".

Sin embargo, la sociedad rusa acepta cada vez más la violencia ilegal y la percibe como "rutinaria", dijo Alexei Lewinson del Centro Ruso de Investigación Levada. Se considera el único instituto electoral independiente del Estado ruso.

En 2016, fue clasificado como "agente extranjero" en Rusia. Esta medida se utiliza para hostigar organizaciones y personas críticas con el Gobierno. El sociólogo Lewinson subraya que la tortura permitida por el Estado cuestiona la inviolabilidad de la persona y del cuerpo humano: "Una parte de la opinión púlbica cree en la afirmación de que el 'enemigo' se ha puesto por encima de todas las leyes humanas. Por lo tanto, se puede hacer con él lo que se quiera."

Cada vez más partidarios de la pena de muerte

Según el Centro Levada, cada vez más rusos aceptan el uso legal de la fuerza hasta la pena de muerte. En 2021, el 41 por ciento de los encuestados estaba a favor de reintroducir la pena de muerte, mientras que, en 2015, era el 31 por ciento. Y el número de partidarios seguirá aumentando, estima Lewinson.

El abogado ruso Ivan Pavlov, del proyecto de derechos humanos "Perwyj Otdel", también ve dicho peligro. La iniciativa se ocupa, sobre todo, de juicios a puerta cerrada y defiende a los acusados en casos penales de traición, espionaje y extremismo. Las autoridades ahora dan por sentado que en Rusia, la gente estaría de acuerdo con la pena de muerte, afirmó Pavlov.

(rmr/vt)