Todo acerca de esos extraños jardines alemanes
Cuando por primera vez visitan Alemania, los extranjeros se encuentran de golpe con unas pequeñas parcelas llenas de plantas. Son los "Schrebergarten". Acá les contamos más de esa tradición germana.
Típicamente alemán
La gente que llega a Alemania por primera vez suele sorprenderse con esos pequeños terrenos bien cuidados que se reparten por el país. Se trata de sitios divididos para hacer jardines, un fenómeno conocido con muchos nombres, como "Schrebergarten," "Kleingartenanlage" o "Gartenkolonie". Cada pequeña parcela tiene su propia cabaña, y sus dueños puede alquilar estos espacios para hacer jardinería.
Inspirados por el Dr. Schreber
Como respuesta a la rápida urbanización que vivió el país en el siglo XIX, un profesor de Leipzig llamado Daniel Gottlob Moritz Schreber empezó a promover los beneficios de las actividades al aire libre. En 1864, cuatro años después de su muerte, su nombre fue utilizado para una asociación, el "Schreberverein", que organizaba terrenos donde las familias podían jugar. Los jardines llegarían después
Jardines para los pobres
Incluso antes de que el movimiento Schreber se estableciera, los dueños de fábricas y las organizaciones de caridad comenzaron a asignar parcelas para permitir que las familias pobres pudieran tener sus propios jardines, conocidos en alemán como "Armengärten". En 1826, estos jardines existían en 19 ciudades. Esta ilustración de Berlín realizada por el artista Heinrich Zille es de 1909.
Un lugar para relajarse
Más allá de ser un lugar de trabajo para llevar verduras y frutas a la mesa, los alemanes también utilizan estos jardines para compartir con amigos, tener contacto con la tierra y cuidar plantas. Es decir para relajarse, como muestra esta imagen de 1906. Los hombres están jugando skat, un juego de naipes muy popular en Alemania.
Vital para sobrevivir
Los jardines permitieron sobrevivir a muchas personas durante las guerras, cuando los productos agrícolas no siempre llegaban a los mercados. Un año después de la Primera Guerra, Alemania aprobó una ley para proteger los jardines, permitiendo que los arriendos mantuvieran tarifas razonables. Esta imagen de 1949 muestra uno en Hermannplatz, hoy una concurrida plaza del barrio berlinés de Neukölln.
Mantienen verde lo gris
Los jardines son instalados en zonas donde nadie quiere vivir, como por ejemplo cerca de las líneas ferroviarias. Muchas colonias de este tipo surgieron a ambos lados del Muro de Berlín. Esta foto de 1982 muestra una parcelación en Berlín Occidental. Las autoridades comunistas inicialmente trataron de colectivizar los jardines, pero pronto decidieron fomentarlos como fuente de productos frescos.
Regulaciones nacionales
La popularidad de los jardines hace que más y más jóvenes arrienden uno. Es bueno saber que estos son regulados por una "Bundeskleingartengesetz", o ley federal de adjudicación de jardines, donde se establece que las cabañas de estas parcelas no deben ser usadas como residencia ni deben exceder cierto tamaño. Al menos un tercio del terreno debe ser usado para cultivar frutas y verduras.
Reglas comunitarias
Si está considerando hacerse con uno de estos jardines, quizás sus amigos busquen quitarle el ánimo diciéndole que son muy "burgueses". Aparte de sus regulaciones federales, cada colonia tiene sus propias normas. Cuán estrictas sean estas reglas depende de cada agrupación, y también depende de la gente que las esté ocupando.
Cortar el césped con tijeras es mejor
Un jardín descuidado es mal visto, pero cortar el césped un domingo es peor. Esto también vale para la música fuerte. Por eso quizás sea mejor usar tijeras para embellecer el jardín. Los períodos de descanso varían, pero suelen ir desde las 13 hasta las 15 horas y después de las 19 horas en días de semana. Los sábados, a partir de las 13 horas. Los domingos ni pensarlo: es día de silencio total.
De las discotecas rusas al jardín
El escritor y DJ Vladimir Kaminer se volvió un bestseller internacional con sus cuentos sobre la capital alemana aparecidos en el libro "Russian Disco". Como un típico jardinero ruso en una colonia berlinesa, ha analizado con humor las peculiaridades de esta costumbre alemana en su libro "Mein Leben im Schrebergarten" (Mi vida en el Schrebergarten), solamente disponible en alemán.
El paraíso de los enanos de jardín
Los jardines en Alemania son también conocidos por albergar toda clase de adornos kitsch. El gnomo de jardín, o "Gartenzwerg" en alemán, se viene de inmediato a la memoria, pero las fontanas de agua, los molinos de viento plásticos y otras cosas similares son también muy apetecidas.
Carne al aire libre
Aunque siempre hay trabajo por hacer en el jardín durante el verano, también es una alternativa aprovechar el lugar para comer al aire libre. Un asado es definitivamente algo que debe hacerse, aunque... sí, los vecinos podrían quejarse por el humo y los olores. Una buena forma de evitarse problemas es invitándolos a compartir algo de carne y salchichas.
Escenas idílicas atemporales
Aunque esta fotografía es de los 70, sigue representando muy bien el espíritu de un "Kleingarten". La tradición, que ya tiene 150 años, ha sido adoptada por todos los países germanoparlantes, y hoy existen miles de colonias en torno a las grandes ciudades de Alemania, Asutria y Suiza. .