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Después del éxito de un proyecto piloto en la ciudad de St. Gallen, a partir de septiembre el plan será ampliado a todo el cantón suizo. El objetivo de sus partidarios es acabar con la escasez de personal de atención a dependientes, así como de combatir el desempleo entre los inmigrantes. Pero en la práctica surgen dificultades, como el entendimiento con los clientes de avanzada edad. Las asociaciones de cuidadores critican fuertemente el modelo, ya que temen que se pierda la calidad del servicio y se genere un dumping de salarios.